lunes, 15 de octubre de 2018

Los #contornos recortados sobre huesos hioides del #arte mueble del #Paleolítico superior


El fin del Último Máximo Glacial (~18.000 BP) supuso un cambio cultural en las poblaciones del Paleolítico superior. Las masas de hielo que habían ocupado extensas zonas del continente europeo se retrotrajeron gradualmente, lo que supondrá la expansión de los grupos de cazadores-recolectores y un cambio en el modelo de territorialidad. Este hecho se observa entrado el Magdaleniense medio (~14.000-13.000 BP), siendo entonces cuando la movilidad y los contactos entre estos grupos se intensifican en comparación con periodos anteriores. Buen testimonio de ello es la difusión de materias primas y habilidades tecnológicas, así como el intercambio de bienes materiales.

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Figuras como estas recorrían cientos de kilómetros y eran reproducidas, intercambiadas y/o transferidas. La circulación de estos objetos, junto con otros elementos del repertorio artístico mobiliar y parietal, probablemente traería consigo un intercambio de información y conocimiento que favoreció los avances tecnológicos y la transmisión de la cultura, aspectos que han resultado de vital importancia en la evolución de nuestra especie. Como base material para inferir acerca de estas conductas humanas cabe examinar los paralelos entre restos arqueológicos distantes.

Figura 1. Contorno recortado de Tito Bustillo (Ribadesella, Asturias). Foto: Verónica Schulmeister.

En esta línea, el estudio de los contornos recortados resulta sustancial.  Hay manifestaciones de estas piezas durante el Solutrense (~22.000-17.000 BP), aunque la mayoría surgen durante el Magdaleniense medio (~14.000-13.000 BP). Algunos autores sostienen la posibilidad de que la distribución de estos elementos podría haber sido el fruto de desplazamientos a larga distancia (e.g., Corchón, 2005; Fortea, 1990). Precisamente, por su alto grado de estandarización y su dispersión territorial, que abarca desde la cuenca del Nalón, en Asturias (La Viña, Las Caldas) hasta el Perigord (Laugerie Basse) y la costa mediterránea francesa (Gazel y La Crouzade), pasando por la zona oriental de Asturias (Tito Bustillo) y Cantabria (La Garma).

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El concepto de contornos recortados está dirigido a figurillas en bulto redondo que conforman cabezas realistas de animales, équidos y cápridos en su mayoría. Para su fabricación se empleó principalmente el hueso hioides de caballos o bóvidos, dada que la propia morfología de este elemento esquelético es aprovechada por su semejanza con la anatomía de dichos herbívoros. Su función como elementos ornamentales de sujeción o suspensión se sobreentiende porque generalmente presentan una o más perforaciones, cerca de las orejas o de los orificios nasales.

Figura 2. Cadena operativa de un contorno recortado. Obtenido de Sanchidrián (2001).


Las máximas concentraciones se han encontrado en el sector pirenaico atlántico y central. Los équidos son los animales mejor representados; sin embargo, la colección de Labastide es algo diferente. Está compuesta por 19 contornos recortados, los cuales fueron hallados juntos en 1974, a 200m de la entrada de la cueva (Fritz, 1999). La morfología es muy homogénea, y los exámenes microscópicos parecen apuntar que han sido obra del mismo autor (Fritz, 1999). Del total de los contornos hallados, 18 son cápridos; 9 rebecos pueden orientarse mirando a la izquierda, y 9 mirando a la derecha. El contorno restante se trata de un bisonte, que presenta una perforación en la oreja y otra en el hocico. Con todo, se sugiere la posibilidad de que estos elementos estuvieron engarzados, conformando un collar en el que los rebecos estarían orientados en ambos sentidos y el bisonte ocuparía el centro (Fritz, 1999).
Figura 3. Conjunto de contornos recortados de Labastide (Altos Pirineos, Francia).

El conjunto de contornos recortados de la Cornisa Cantábrica también resulta relevante, algunos ejemplos destacables:
·         La representación de un ave en el yacimiento de Ekain, País Vasco (Figura 4.1). El soporte empleado es una costilla de bóvido de talla grande, y no existe perforación ninguna. Estas diferencias conllevan clasificar el ejemplar en el reducido conjunto de piezas realizadas en otros soportes (Altuna et al., 2012), “perdiendo quizá en la sustitución el sentido simbólico que había determinado la elección del hueso hioides de caballo, cuya forma natural es homotética de la cabeza de este mismo animal” (Sauvet et al., 2008).
·         Lo mismo ocurre con el contorno recortado hallado en el denominado “Santuario” de la cueva de El Juyo (Cantabria). Se trata de una cabeza de cierva grabada y tintada con óxido de hierro sobre un hueso plano. El grabado del hocico, la boca, el ojo y el pelo del cuello y la cara se han realizado con un buril, configurando una imagen naturalista; las orejan han sido rellenadas con una retícula de líneas (Figura 4.2).
·         De entre los hallazgos de la cueva de Tito Bustillo (Ribadesella, Asturias), destaca el contorno recortado con forma de cabeza de cabra (Figura 4.3). La presencia de anillos en el cuerno y la barba en la parte inferior de la cabeza reflejan que se trata de un macho. El soporte empleado es un candil de cérvido. La determinación de la especie representada no está clara, podría asociarse a Capra pyrenaica o a Capra Ibex. En La Garma (Cantabria), aparece la representación de otro cáprido. La barba debajo del hocico permite atribuir el género y la identificación específica, tratándose de un macho de Capra pyrenaica. La pieza ha sido grabada con un alto grado de detalle, representando todas las partes anatómicas de la testa del animal con trazos profundos. Se distinguen la barba ya señalada, la boca, los orificios nasales. Para la representación de los ojos, se ha incluido el lagrimal, perfectamente diferenciado de la representación circular de los ojos (Figura 4.4).
·         En la cueva de Las Caldas (Asturias), los soportes empleados son los hioides de caballo, al igual que en el ámbito pirenaico. Aparecen representados dos caballos y un bisonte (Figura 4.5).

Figura 4.1) Contorno recortado de ave del yacimiento de Ekain (País Vasco). Modificado de Altuna et al. (2012). 2) Contorno recortado de una cabeza de cierva de la cueva de El Juyo (Cantabria). Foto de Pedro Saura, modificado de González y Gordon (2015). 3) Reproducción del contorno recortado de Tito Bustillo (Ribadesella, Asturias). Foto de Verónica Schulmeister. 4) Contorno recortado de la Garma (Cantabria). 5) Contorno recortado de un bisonte. Modificado de Corchón (2005-2006).


Al margen de la función concreta que pudieron tener estos elementos, la calidad estilística y el esmero que supuso su elaboración ponen de manifiesto el valor simbólico y estético de los contornos recortados. Este tipo de obras artísticas resultan piezas clave para caracterizar la cultura y relaciones entre las poblaciones del Paleolítico superior; s
u amplia difusión y estandarización ponen de manifiesto la amplitud de los movimientos, intercambios y conexiones culturales a larga distancia.

Autores: Cristian Micó, Felipe Cuartero e Iván Díaz, tutores de los cursos de Análisis del comportamiento técnico en poblaciones prehistóricas mediante la arqueología experimental Clasificación y pautas de interpretación a través del registro material del Paleolítico, Mesolítico y Neolítico. 


·             Altuna, J., Mariezkurrena, K., Ríos, F., Wesbuer, J., 2012. Contorno recortado de ave en el yacimiento de Ekain (Deva, País Vasco). Préhistoire, Art et Sociétés LXV-LXVI, pp. 1299-1310.
·      Corchón, Mª. S., 2005-2006. Los contornos recortados de la cueva de las Caldas (Asturias, España), en el contexto del Magdaleniense medio cántabro-pirenaico, Munibe, 57 (2), pp. 113-134.
·      Fortea, F.J.,1990. Abrigo de la Viña. Informe de las campañas 1980-1986. En: Excavaciones arqueológicas en Asturias 1983-86. 1ª edición. Oviedo: Servicio de Publicaciones del Principado de Asturias, pp. 55-68.
·      Fritz, C., 1999. La gravure dans l'art mobilier magdalénien, du geste à la. représentation. Contribution de l'analyse microscopique. Documents d’archéologie francaise, n.º 75. París.
·      González, J., Gordon, L., 2015. Excavando la cueva de El Juyo: un santuario de hace 14000 años. Monografías del Museo Nacional y Centro de Investigación de Altamira, 25. Madrid: Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.
·      Moure, J.A., 1983. Escultura magdaleniense descubierta en la Cueva de Tito Bustillo. Ars Praehistorica II, pp.169-176.
·      Sanchidrián, J.L., 2001. Manual de arte prehistórico. Ariel, Barcelona.
·      Sauvet, G., Fortea, F.J., Fritz, C., Tosello, G., 2008. Crónica de los intercambios entre los grupos humanos paleolíticos. La contribución del arte para el periodo 20000-12000 años BP. Zephyrus LXI, enero-junio 2008, pp. 33-59.


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