El tecnocomplejo Auriñaciense (38.000-29.000) es una de las “culturas” con las que se delimita el inicio del Paleolítico superior junto con el Chatelperroniense (neandertal) y el Gravetiense (sapiens). El Paleolítico superior se define en relación con el Paleolítico medio a groso modo por los cambios tecnológicos (aparición o más bien eclosión de herramientas talladas sobre un soporte de hueso, asta o marfil), estéticos (la utilización de elementos de adorno personales), en el ritual religioso, la organización social de los grupos, la explotación de los recursos y la expansión del Hombre Anatómicamente Moderno por todo el continente europeo.
Industria auriñaciense |
Tradicionalmente este tecnocomplejo estaba asociado a Homo sapiens a modo de hipótesis, sin embargo se carecía de pruebas contundentes que cerrasen la cuestión. La presencia de yacimientos musterienses (Homo neanderthalensis, Paleolítico medio), yacimientos chatelperronienses (facies del musteriense, transición al Paleolítico superior) y yacimientos auriñacienses en un mismo lapsus temporal que abarcaba unos milenios no permitía tener la certeza absoluta de que este complejo cultural estuviese fabricado por Homo sapiens, lo cual condujo a algunos investigadores a plantear la cuestión de su origen.
El debate no es menor ya que esconde la cuestión de que población humana está detrás de la transición Paleolítico medio-superior, es decir, fueron los sapiens, los neandertales, ¿o ambos de forma independiente?. Ambas poblaciones humanas están presentes en ese momento en Europa.
Para esclarecer la autoría del teconocomplejo Auriñaciense resulta necesario que el registro arqueológico proporcione restos fósiles humanos asociados a los útiles de dicha industria, y de momento los resultados de los trabajos arqueológicos se han mostrado avaros en ese aspecto. Apenas existen restos humanos en los niveles arqueológicos asociados al Auriñaciense y casi todos son piezas dentarias que presentan problemas metodológicos.
La revista Journal of Human Evolution presenta un artículo sobre el tema que parece confirmar las tesis tradicionales que asocian a sapiens con Auriñaciense. El estudio trabaja sobre los restos óseos de la cueva francesa de La Quina-Aval (Charente). La muestra es bastante escasa, dos mandíbulas parciales y varias piezas dentales, que combinan rasgos modernos con otros presentes en los preancestros, datados de forma convincente en 38.000 B.P., pero que sirve para reafirmar la asociación de sapiens y Auriñaciense en el sur de Francia. Este estudio viene a complementar a otro ya presentado hace algún tiempo en el que a partir de un análisis de las piezas dentales del Paleolítico superior tanto de sapiens como de neandertales y de su asociación con los tecnocomplejos de inicios del Paleolítico superior se descartaba la asociación del Hombre de Neandertal con el Auriñaciense. El problema radica en que las piezas dentales no son un patrón de diagnóstico irrefutable y puede conducir a equívocos.
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