Escena sexo |
El mal llamado arte
paleolítico es uno de los temas más apasionante de toda la
Prehistoria. Testimonio mudo de la explosión de la capacidad
simbólica de Homo sapiens sapiens
se extiende por las cuevas y abrigos de toda Europa, pero tiene su
foco más espectacular en la zona franco-cantábrica con
impresionantes ejemplos como las cuevas francesas de Chauvet o
Lascaux y en Cantabria Altamira, El Castillo o La Garma. Pero las
representaciones no se realizaban únicamente en las paredes de las
cuevas, existen representaciones en objetos muebles denominadas arte
mobiliar, que eran grabadas en hueso, asta y piedra. En muchos casos
estos objetos muebles decorados reproducían los temas de las paredes
de las cavernas y en otros aportaban temas nuevos como el que
trataremos en este artículo.
Conjunto de retratos |
Las representaciones que
abordan al ser humano durante el Paleolítico superior son realmente
raras si exceptuamos las manos en positivo y negativo y las famosas
estatuillas femeninas denominadas como venus. Siempre son seres
antropomorfos, mitad humanos, mitad animales, definiendo su género
la presencia ostentosa de órganos sexuales. Habitualmente se ha
mantenido en la investigación que no existen los retratos
individuales y que las representaciones son estereotipos, con rasgos
constantes y repetitivos. Sin embargo esa norma tiene una salvedad,
que rompe las convenciones de las representaciones del Pleistonceno
superior, en el yacimiento francés de la cueva La Marche, donde se
localizaron 155 retratos de hombres y mujeres paleolíticos
concretos.
La Marche es un yacimiento singular, excepcional en todo los sitios del Paleolítico superior, se encuentra en la comuna de Lussax-les-Châteaux al oeste de Francia y entre su registro arqueológico compuesto por un total de 1532 representaciones de animales y seres humanos, destacan los 155 retratos ya citados, que fueron exhumados en una excavación antigua de 1937 por León Pericard. La autenticidad del hallazgo fue inmediatamente cuestionada, pero actualmente parece asentada su aceptación. Técnicamente son grabados profundos en soporte de piedra, en plaquetas y están datados durante el Magdaleniense (16.000 BP). En ellos se pueden diferenciar los rasgos individuales naturales y estilizados de algunos de los hombres y mujeres que poblaron la Europa de la Edad del Hielo e incluso apreciar como vestían los individuos con botas, túnicas y gorras o escenas explícitas de sexo.Presentamos la digitalización de varios de los retratos para apreciar mejor los detalles y un par de fotos.
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