Con motivo de la redacción de un
artículo divulgativo sobre la cueva del L´Esquilleu (Liébana) quisimos
averiguar algo más sobre la etimología del topónimo. Claramente adscrito, tanto
por forma como por localización geográfica, al dominio lingüístico del cántabro
dentro del diasistema astur-leones, trabajamos con la hipótesis de que su origen
estuviese en tres palabras de uso común en el habla tradicional de la zona. La
primera opción era que estuviese relacionada con la palabra esquilu (ardilla),
la segunda con esquilar (subir, trepar) y por último con alguna de las
variantes cántabras de esquilar (cortar el pelo a las ovejas
(chosquilar-tosquilar-trasquilar). Para las tres opciones existen
razones relacionadas con la cueva que permitían contemplarlas como posibles
candidatas. La zona es abundante en ardillas, es una zona escarpada a la cual es dificultoso
acceder y por último se conoce su uso ganadero como refugio de los rebaños de
ovejas. Sin embargo, la presencia de una doble l intervocálica desentonaba en
las tres opciones. Así que hicimos trabajo de campo para comprobar cada una de
las opciones y procedimos a entrevistar a informantes del valle de Liébana y
después de descartar algunos testimonios poco verosímiles, un guarda forestal
nos puso en la pista de que estaba relacionado con la tala de castaños. Un
segundo informante, ganadero de Bejes, nos dio datos mucho más precisos. En
realidad, el topónimo tradicional es L´Estilleu (lugar donde se astillan
maderas) y viene de estillar (astillar), actividad llevada a cabo durante
décadas en la cueva. Según sus propias palabras “el nombre está mal escrito en
libros y mapas”. Una vez más, comprobamos la deformación, cuando no el cambio o
la castellanización, de la toponimia cántabra. Hecho bastante habitual.
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