Quizás la cueva de
L´Esquilleu (Cillórigo de Liébana) sea, a nivel de reconocimiento
social, uno de los yacimientos más “injustamente” tratados de
cuantos nos encontramos por Cantabria. El topónimo se recoge de
forma errónea en los mapas y en la bibliografía, según informantes
locales el topónimo correcto es L´Estilleu (en cántabro, lugar
donde se estilla-astilla la madera). La cueva se encuentra enclavada
en el escarpado Desfiladero de la Hermida, a 280 m sobre el nivel del
mar y 68 m sobre el río Deva. Contiene uno de los registros
sedimentológicos, arqueológicos y paleontológicos más fructíferos
de la Cornisa Cantábrica. Su estudio e investigación, a lo largo de
muchos años de excavación (1997-2006), ha ido arrojando datos que
han convertido al yacimiento en un referente no sólo del musteriense
cántabro sino también de las poblaciones neandertales a escala
global. Quizás los testimonios más espectaculares sean la
documentación del primer lecho en la Península Ibérica, elaborado
a partir de fibras vegetales, con una datación de 50.000 BP1.
y la constatación de que las míticas montañas lebaniegas,
escenario de algunos de los hechos históricos más destacados de
Cantabria, se convirtieron durante el Paleolítico en uno de los
últimos refugios de los neandertales. Su presencia en la cueva
cántabra está sólidamente datada en 24.000 B.P, por medio de la
termoluminiscencia y el C14.
Estratigrafía y
cronología
L´Esquilleu cuenta con
una potente estratigrafía (existen estimaciones espeleológicas que
calculan una potencia de más de 8 m) de 41 niveles excavados,
agrupados en cuatro unidades litoestratigráficas que ocupan los
periodos paleoclimáticos OIS4 (117.000-60.000 BP), OIS 3
(60.000-40.000 BP) y gran parte del OIS3 (40.000-10.000 BP), periodos
glaciares de clima muy frío (a escala global). La ocupación por
parte de los neandertales de la cueva se prolonga desde 70.000 BP
hasta 25.000 BP, cuando su rastro desaparece. De las cuatro unidades
litoestratigráficas documentadas, las dos centrales son las que
aportan las mayores evidencias de ocupación humana, con presencia de
hogares que paulatinamente se van superponiendo, abundantes
herramientas de industria lítica musteriense y restos óseos
cremados y muy fragmentados en la más antigua de las fases, y una
segunda fase, con actividad humana igualmente intensa testimoniada
con la presencia de industria musteriense tipo quina y levallois. En
las otras dos (la más antigua y la más reciente) las pruebas de
actividad antrópica son testimoniales.
Camas neandertales y
geoarqueología
La geoarqueología es
una disciplina dentro de la arqueología que está aportando
interesantes resultados a partir del estudio de los fitolitos y los
zoolitos, que son mineralizaciones o fosilizaciones de los restos
orgánicos de los seres vivos una vez muertos, en el primer caso de
vegetales y de animales en el segundo. Los análisis son bastante
precisos, permitiendo inclusive la diferenciación del tipo de planta
y la parte de la misma fosilizada, dependiendo del tipo de fitolitos.
Entre esos restos que mineralizan está el fósforo, y cuando éste
aparece en los sedimentos de los yacimientos denota la presencia de
actividades humanas en el pasado. En la cueva de L´Esquilleu el
equipo de investigación tomó muestras de los diferentes niveles
sedimentológicos, obteniendo como resultado la documentación de
lechos neandertales asociados a hogares. Estos lechos eran empleados
por los habitantes de la cueva lebaniega para sentarse sobre ellos al
fuego y socializar, así como para dormir al calor de las llamas y
brasas. Sucesivamente fueron renovando estas primeras camas durante
un periodo comprendido entre 53.000 y 39.000 BP. Los investigadores
argumentan que resulta verosímil que los lechos de vegetales
estuvieran recubiertos de pieles de animales que aportarían
comodidad y calor a la vez, basándose en la cantidad de zoolitos
registrados. El hallazgo es fascinante porque es el primero que se
produce en la Península Ibérica y en el resto del mundo apenas
existen lechos documentados de forma fehaciente. Conocemos los casos
de los yacimientos de Anaud y Ohalon (Palestina), Grotte XV (Francia)
y Tor Faraj (Jordania).
Por otro lado, el
análisis tafonómico de los restos óseos asociados a los hogares
mostraba un gran fragmentación y aparecían carbonizados debido a la
acción del fuego, lo cual indujo a los investigadores a plantear la
hipótesis de su uso como combustible. Sin embargo, el análisis de
los fitolitos de los hogares parece descartar esa posibilidad por la
gran presencia de fitolitos de madera y corteza. Los restos óseos
fueron arrojados al fuego como método de higiene y limpieza de la
cueva y sólo utilizados como combustible secundario.
El comportamiento
socializante alrededor del fuego y la búsqueda de confort se
convierte en una de las muchas pruebas que se van acumulando en favor
de los comportamientos “humanos” y modernos de los neandertales.
Podemos imaginar a estos neandertales en las tardes del “tardiu”
lebaniego contarse historias míticas del origen de sus antepasados o
de cacerías, sumidos en el calor de los fuegos y cómodamente
sentados en sus lechos, envueltos en las pieles obtenidas en la
última cacería.
Dieta de los neandertales de
L´Esquilleu
Los datos obtenidos por
medio de análisis arqueozoológicos nos hablan de una parte de la
dieta de estas poblaciones neandertales, concretamente la proveniente
de la caza, principal aporte de calorías. A lo largo del periodo de
ocupación de la cueva predomina la caza y consumo de dos especies de
cabra (capreolus capreolus y capra pyrenaica), con
presencia también constante del ciervo (cervus elaphus) y el
rebeco en ese orden. Si bien en función de las oscilaciones
climáticas hacia periodos más templados se observa el aumento del
consumo de estas y de otras especies, incluido los carnívoros (lobo,
hiena, zorros…), que entrarían a formar parte de la dieta sin
desplazar a la cabra. El consumo de dicha especie alcanzaría hasta
el 80% en función de su presencia en el registro arqueológico.
Estos datos de la dieta,
se agregan a los aportados por los análisis antracológicos
(carbones). La presencia entre los carbones de especies vegetales del
género prunus (ciruelo, cerezo, melocotoneros…), hippophae
(espino amarillo…) o arbustus (madroño) nos indica la
recolección en época de maduración de los frutos como complemento
alimenticio, además del recurso obvio de la madera como combustible.
Clima y medioambiente
La cueva de L´Esquilleu
es un manantial de datos fundamentales para perfilar en el
conocimiento que se tiene del musteriense cántabro, complementado
los datos climáticos que ya se conocían a partir de excavaciones
clásicas como El castillo o Covalejos, y otras más modernas como el
Mirón.
De esta manera se han
ido definiendo las diferentes oscilaciones climáticas a partir de
estudios paleoambientales basados en los análisis de secuencias
antracologicas y polínicas o de la microfauna presente en los
registros arqueológico de la cueva.
En lo que respecta a la
microfauna el registro de L´Esquilleu no denota la presencia de
ninguna especie de climas fríos acusados, por lo que zona lebaniega,
al igual que el resto de la Península, debió gozar de un clima
aceptablemente templado al menos para aquellos momentos de frío
menos acusado del Pleistoceno superior.
El análisis polínico
muestra la presencia predominante de un paisaje abierto, propio de un
clima seco y templado, con dominio de praderas y herbáceas y con la
presencia de alguna masa forestal (pinus), que en los momentos
más templados y húmedos tendió expandirse e incluir especies
arbóreas nuevas.
En L´Esquilleu se
cuenta con un buen registro antracológico para los niveles que
comprenden un lapsus temporal entre 53 y 36000 BP. El registro
corrobora dos periodos distintos, uno con predominio del mostajo
(sorbus area) y del matorral bajo, y una segunda fase más
reciente donde se evidencia el avance del pino silvestre (pinus
sylvestris).
Las conclusiones que se
pueden extraer de este puzle de datos es que L´Esquilleu y por
extensión el resto de Liébana, por sus características geológicas
y geográficas, se constituye como un refugio de montaña con un
clima más benigno frente a las condiciones más frías del resto de
la Cordillera Cantábrica, que es explotado de forma estacional
(verano-otoño) mientras que estos mismos grupos humanos ocupan zonas
costeras el resto del año.
Pervivencia
neandertal
En ese contexto
descrito, los autores del estudio mantienen que L´Esquilleu se
convirtió en uno de los últimos refugios de los neandertales,
constatándose la presencia de industria musteriense en momentos muy
recientes, 24.000 BP, según las dataciones aportadas. El dato no es
menor, ya que convertiría a las poblaciones neandertales de
L´Esquilleu en las más recientes de las que se tiene documentación
científica (junto con la cueva de Gourham-Gibraltar, ésta más
dudosa). Hasta ahora la teoría aceptada era que los últimos
neandertales habían habitado la zona sur de la Península hasta hace
30.000 años.
El panorama que se
dibuja con la suma de datos es bastante confuso, con bastantes
problemas metodológicos en la investigación. Existen grupos
neandertales que perviven en zonas que podríamos llamar marginales
(refugios) sin muchos cambios en sus industrias (musterienses) hasta
momentos avanzados del Paleolítico superior (Esquilleu 25.000 BP),
grupos neandertales con industrias de transición del Paleolítico
superior (Castillo 40.000 BP) como los complejos culturales
Chatelperroniense (Europa occidental) o Szeletienense (Centroeuropa)
y grupos de sapiens, relacionados con la industria auriñaciense. Las
hipótesis explicativas de los complejos culturales de transición
dividen a los investigadores entre los que fundamentan su origen en
la evolución propia de los neandertales hacia industrias propias del
Paleolítico superior (herramientas de uso, adornos…) y los que
quieren ver en esos grupos un producto de la aculturación de los
grupos neandertales por parte de los sapiens “africanos”, sin que
ninguno de los grupos aporte pruebas concluyentes.
Este es el contexto en
el que hay que explicar, cómo, porque y dónde desaparecen los
neandertales y su industria musteriense, cómo fue su relación con
los sapiens y hasta qué punto los datos aportados por la genética
indican una hibridación más o menos importante.
Restos fósiles
neandertales
En
el yacimiento se han documentado restos fósiles neandertales
en los niveles XI y XII, ambos datados mediante C14 en una fecha de
entre 36.000 y 39.000 años a partir de muestras de carbón vegetal.
1BP:
abreviatura en inglés de Before Present, antes del presente. El
presente por convención es 1950.
Eureka!!!! Yo sabía que si insistía en leer superficialmente las entradas de la RE de HyA terminaría por encontrar sitios como este.
ResponderEliminarGracias Ivan, este es el enfoque que me gusta!
Un saludo
Me alegro de que te guste el blog y su enfoque, está abierto a todos tus comentarios.
ResponderEliminarY bienvenida como miembro del blog.
un saludo