viernes, 11 de mayo de 2012

Arqueología: L´Esquilleu (Cantabria), la vida en el último refugio neandertal


Quizás la cueva de L´Esquilleu (Cillórigo de Liébana) sea, a nivel de reconocimiento social, uno de los yacimientos más “injustamente” tratados de cuantos nos encontramos por Cantabria. El topónimo se recoge de forma errónea en los mapas y en la bibliografía, según informantes locales el topónimo correcto es L´Estilleu (en cántabro, lugar donde se estilla-astilla la madera). La cueva se encuentra enclavada en el escarpado Desfiladero de la Hermida, a 280 m sobre el nivel del mar y 68 m sobre el río Deva. Contiene uno de los registros sedimentológicos, arqueológicos y paleontológicos más fructíferos de la Cornisa Cantábrica. Su estudio e investigación, a lo largo de muchos años de excavación (1997-2006), ha ido arrojando datos que han convertido al yacimiento en un referente no sólo del musteriense cántabro sino también de las poblaciones neandertales a escala global. Quizás los testimonios más espectaculares sean la documentación del primer lecho en la Península Ibérica, elaborado a partir de fibras vegetales, con una datación de 50.000 BP1. y la constatación de que las míticas montañas lebaniegas, escenario de algunos de los hechos históricos más destacados de Cantabria, se convirtieron durante el Paleolítico en uno de los últimos refugios de los neandertales. Su presencia en la cueva cántabra está sólidamente datada en 24.000 B.P, por medio de la termoluminiscencia y el C14.

Estratigrafía y cronología

L´Esquilleu cuenta con una potente estratigrafía (existen estimaciones espeleológicas que calculan una potencia de más de 8 m) de 41 niveles excavados, agrupados en cuatro unidades litoestratigráficas que ocupan los periodos paleoclimáticos OIS4 (117.000-60.000 BP), OIS 3 (60.000-40.000 BP) y gran parte del OIS3 (40.000-10.000 BP), periodos glaciares de clima muy frío (a escala global). La ocupación por parte de los neandertales de la cueva se prolonga desde 70.000 BP hasta 25.000 BP, cuando su rastro desaparece. De las cuatro unidades litoestratigráficas documentadas, las dos centrales son las que aportan las mayores evidencias de ocupación humana, con presencia de hogares que paulatinamente se van superponiendo, abundantes herramientas de industria lítica musteriense y restos óseos cremados y muy fragmentados en la más antigua de las fases, y una segunda fase, con actividad humana igualmente intensa testimoniada con la presencia de industria musteriense tipo quina y levallois. En las otras dos (la más antigua y la más reciente) las pruebas de actividad antrópica son testimoniales.

Camas neandertales y geoarqueología

La geoarqueología es una disciplina dentro de la arqueología que está aportando interesantes resultados a partir del estudio de los fitolitos y los zoolitos, que son mineralizaciones o fosilizaciones de los restos orgánicos de los seres vivos una vez muertos, en el primer caso de vegetales y de animales en el segundo. Los análisis son bastante precisos, permitiendo inclusive la diferenciación del tipo de planta y la parte de la misma fosilizada, dependiendo del tipo de fitolitos. Entre esos restos que mineralizan está el fósforo, y cuando éste aparece en los sedimentos de los yacimientos denota la presencia de actividades humanas en el pasado. En la cueva de L´Esquilleu el equipo de investigación tomó muestras de los diferentes niveles sedimentológicos, obteniendo como resultado la documentación de lechos neandertales asociados a hogares. Estos lechos eran empleados por los habitantes de la cueva lebaniega para sentarse sobre ellos al fuego y socializar, así como para dormir al calor de las llamas y brasas. Sucesivamente fueron renovando estas primeras camas durante un periodo comprendido entre 53.000 y 39.000 BP. Los investigadores argumentan que resulta verosímil que los lechos de vegetales estuvieran recubiertos de pieles de animales que aportarían comodidad y calor a la vez, basándose en la cantidad de zoolitos registrados. El hallazgo es fascinante porque es el primero que se produce en la Península Ibérica y en el resto del mundo apenas existen lechos documentados de forma fehaciente. Conocemos los casos de los yacimientos de Anaud y Ohalon (Palestina), Grotte XV (Francia) y Tor Faraj (Jordania).

Por otro lado, el análisis tafonómico de los restos óseos asociados a los hogares mostraba un gran fragmentación y aparecían carbonizados debido a la acción del fuego, lo cual indujo a los investigadores a plantear la hipótesis de su uso como combustible. Sin embargo, el análisis de los fitolitos de los hogares parece descartar esa posibilidad por la gran presencia de fitolitos de madera y corteza. Los restos óseos fueron arrojados al fuego como método de higiene y limpieza de la cueva y sólo utilizados como combustible secundario.

El comportamiento socializante alrededor del fuego y la búsqueda de confort se convierte en una de las muchas pruebas que se van acumulando en favor de los comportamientos “humanos” y modernos de los neandertales. Podemos imaginar a estos neandertales en las tardes del “tardiu” lebaniego contarse historias míticas del origen de sus antepasados o de cacerías, sumidos en el calor de los fuegos y cómodamente sentados en sus lechos, envueltos en las pieles obtenidas en la última cacería.
Dieta de los neandertales de L´Esquilleu

Los datos obtenidos por medio de análisis arqueozoológicos nos hablan de una parte de la dieta de estas poblaciones neandertales, concretamente la proveniente de la caza, principal aporte de calorías. A lo largo del periodo de ocupación de la cueva predomina la caza y consumo de dos especies de cabra (capreolus capreolus y capra pyrenaica), con presencia también constante del ciervo (cervus elaphus) y el rebeco en ese orden. Si bien en función de las oscilaciones climáticas hacia periodos más templados se observa el aumento del consumo de estas y de otras especies, incluido los carnívoros (lobo, hiena, zorros…), que entrarían a formar parte de la dieta sin desplazar a la cabra. El consumo de dicha especie alcanzaría hasta el 80% en función de su presencia en el registro arqueológico.

Estos datos de la dieta, se agregan a los aportados por los análisis antracológicos (carbones). La presencia entre los carbones de especies vegetales del género prunus (ciruelo, cerezo, melocotoneros…), hippophae (espino amarillo…) o arbustus (madroño) nos indica la recolección en época de maduración de los frutos como complemento alimenticio, además del recurso obvio de la madera como combustible.

Clima y medioambiente

La cueva de L´Esquilleu es un manantial de datos fundamentales para perfilar en el conocimiento que se tiene del musteriense cántabro, complementado los datos climáticos que ya se conocían a partir de excavaciones clásicas como El castillo o Covalejos, y otras más modernas como el Mirón.

De esta manera se han ido definiendo las diferentes oscilaciones climáticas a partir de estudios paleoambientales basados en los análisis de secuencias antracologicas y polínicas o de la microfauna presente en los registros arqueológico de la cueva.

En lo que respecta a la microfauna el registro de L´Esquilleu no denota la presencia de ninguna especie de climas fríos acusados, por lo que zona lebaniega, al igual que el resto de la Península, debió gozar de un clima aceptablemente templado al menos para aquellos momentos de frío menos acusado del Pleistoceno superior.

El análisis polínico muestra la presencia predominante de un paisaje abierto, propio de un clima seco y templado, con dominio de praderas y herbáceas y con la presencia de alguna masa forestal (pinus), que en los momentos más templados y húmedos tendió expandirse e incluir especies arbóreas nuevas.

En L´Esquilleu se cuenta con un buen registro antracológico para los niveles que comprenden un lapsus temporal entre 53 y 36000 BP. El registro corrobora dos periodos distintos, uno con predominio del mostajo (sorbus area) y del matorral bajo, y una segunda fase más reciente donde se evidencia el avance del pino silvestre (pinus sylvestris).

Las conclusiones que se pueden extraer de este puzle de datos es que L´Esquilleu y por extensión el resto de Liébana, por sus características geológicas y geográficas, se constituye como un refugio de montaña con un clima más benigno frente a las condiciones más frías del resto de la Cordillera Cantábrica, que es explotado de forma estacional (verano-otoño) mientras que estos mismos grupos humanos ocupan zonas costeras el resto del año.

Pervivencia neandertal

En ese contexto descrito, los autores del estudio mantienen que L´Esquilleu se convirtió en uno de los últimos refugios de los neandertales, constatándose la presencia de industria musteriense en momentos muy recientes, 24.000 BP, según las dataciones aportadas. El dato no es menor, ya que convertiría a las poblaciones neandertales de L´Esquilleu en las más recientes de las que se tiene documentación científica (junto con la cueva de Gourham-Gibraltar, ésta más dudosa). Hasta ahora la teoría aceptada era que los últimos neandertales habían habitado la zona sur de la Península hasta hace 30.000 años.

El panorama que se dibuja con la suma de datos es bastante confuso, con bastantes problemas metodológicos en la investigación. Existen grupos neandertales que perviven en zonas que podríamos llamar marginales (refugios) sin muchos cambios en sus industrias (musterienses) hasta momentos avanzados del Paleolítico superior (Esquilleu 25.000 BP), grupos neandertales con industrias de transición del Paleolítico superior (Castillo 40.000 BP) como los complejos culturales Chatelperroniense (Europa occidental) o Szeletienense (Centroeuropa) y grupos de sapiens, relacionados con la industria auriñaciense. Las hipótesis explicativas de los complejos culturales de transición dividen a los investigadores entre los que fundamentan su origen en la evolución propia de los neandertales hacia industrias propias del Paleolítico superior (herramientas de uso, adornos…) y los que quieren ver en esos grupos un producto de la aculturación de los grupos neandertales por parte de los sapiens “africanos”, sin que ninguno de los grupos aporte pruebas concluyentes.

Este es el contexto en el que hay que explicar, cómo, porque y dónde desaparecen los neandertales y su industria musteriense, cómo fue su relación con los sapiens y hasta qué punto los datos aportados por la genética indican una hibridación más o menos importante.

Restos fósiles neandertales

En el yacimiento se han documentado restos fósiles neandertales en los niveles XI y XII, ambos datados mediante C14 en una fecha de entre 36.000 y 39.000 años a partir de muestras de carbón vegetal.
1BP: abreviatura en inglés de Before Present, antes del presente. El presente por convención es 1950.

2 comentarios:

  1. Eureka!!!! Yo sabía que si insistía en leer superficialmente las entradas de la RE de HyA terminaría por encontrar sitios como este.
    Gracias Ivan, este es el enfoque que me gusta!
    Un saludo

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  2. Me alegro de que te guste el blog y su enfoque, está abierto a todos tus comentarios.
    Y bienvenida como miembro del blog.

    un saludo

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