Nuevas evidencias
arqueológicas de Homo floresiensis publicadas
en el último número de la revista científica Journal of
Human Evolution parecen despejar
las no muy consistentes dudas que parte de la comunidad científica
mantenía acerca de la clasificación dentro del árbol genealógico
del género Homo de
los especímenes descubiertos en la Isla
de Flores (Indonesia),
dudando algunos científicos de que tuviesen entidad propia como
especie humana.
Un
equipo de investigación de la Universidad de Nueva Inglaterra
(Australia), encabezado por los arquéologos Peter Brown y Mike
Morwood, documentó en el año 2003 los restos fósiles de lo que sin
duda se convirtió en la mayor sorpresa de la paleoantropología
de todos los tiempos, una especie humana enana, cuya estatura no
sobrepasaba el metro, asociada a evidencias del uso del fuego y
herramientas líticas relativamente avanzadas (usadas para la caza y
descuartizamiento del stegedoon), y con una capacidad craneal similar
a los primeros homínidos (equivalente al tamaño del cerebro de
Töumai, el
primer posible ancestro del ser humano) que millones de años antes
en las protectoras tierras africanas habían evolucionado en
diferentes ramas, entre ellas la que desembocó en el género Homo.
Reproducción del Hombre de Flores |
La
semejanza de la descripción física de estos nuevos Homos con
los seres mitológicos protagonistas de las obras de ficción del
escritor J.R.R. Tolkien, “El Hobbit” y “El
señor de los anillos” ha hecho que popularmente se les conozca
como el “hobbit humano”.
El
hallazgo es todavía más sorprendente si se tiene en cuenta que esta
pequeña familia humana nos acompañó en el Planeta Tierra hasta
hace unos 12.000 años, poco antes de finalizar el Pleistoceno y
comenzar el Holoceno (etapas paleoclimáticas), momento en que se
empezaron a desarrollar la agricultura y la ganadería. Milenios
antes otras dos poblaciones humanas, neandertales y denisovanos,
habían puesto fin a su historia evolutiva. Mientras Homo sapiens
pintaba y grababa auténticas maravillas en la cuevas de Altamira,
Lascaux o La Pasiega en una isla de Indonesia Homo floresiensis
veía como se apagaba su paso por la tierra como especie.
Nuevas
evidencias
El
nuevo estudio publicado en la revista estadounidense presenta los
restos fósiles de la muñeca (carpo) de un individuo (es posible que
de dos) del Hombre
de Flores.
Fue documentado en la misma cueva (de nombre Liang Bua) que los
anteriores ejemplares que dieron nombre a la especie. La importancia
de los nuevos estudios no recae tanto en la obtención de nuevos
datos sino en la reafirmación de los ya conocidos. La coherencia de las características con los individuos ya estudiados permite
refutar las teorías que sostenían que los Hombres de Flores eran
seres humanos modernos con algún tipo de patología. La
tesis de su clasificación como especie nueva dentro del género Homo
sale reforzada y debe ser admitida sin ningún género de dudas.
El análisis morfológico del carpo de los dos nuevos individuos de
Hobbit y su estudio comparativo con los carpos modernos
de Homo sapiens y Homo neanderalensis destaca un claro
arcaismo respecto a estos, por lo que hace inviable la hipótesis
patológica que los incluiría dentro de humanos modernos e
inevitablemente remonta el origen de Homo floresiensis
a un momento evolutivo anterior al evento cladogenético que
propició la deriva evolutiva de neandertales y sapiens.
Comparativamente muestra rasgos plesiomorfos, bastante similares a
los Autrolopithecus.
Buscando su origen evolutivo
Los restos fósiles de Homo floresiensis que
hasta el momento se han podido documentar cuentan con unas dataciones
fiables entre 90.000 y 12.000 años, una horquilla temporal demasiado
escasa si nos atenemos a las características morfológicas tan
arcaicas que presentan los fósiles. El estudio comparativo de las
herramientas líticas asociadas a los restos óseos con la lítica
hallada en otra cueva de la isla conocida como Wolo Sege ha permitido
comprobar las claras semejanzas entre ambos conjuntos. Este hecho ha
conducido a los arqueólogos a relacionar el segundo grupo de
herramientas con el Hobbit de Flores y en consecuencia ampliar
el arco temporal hasta la datación obtenida para estas: unos 0,8-1
m.a.
El equipo de trabajo responsable de los nuevos hallazgos mantiene la
tesis de que su ancestro dírecto es Homo erectus,
presente en Asia en esas fechas. Esta tesis se apoya en un estudio
(2009) comparativo de las morfologías de diversas especies de
hominido (sapiens, erectus, habilis y australopitheco). Mantienen que
Homo erectus habría llegado a la Isla de Flores
hace un millón de años y allí en condiciones de aislamiento
combinadas con la ausencia de depredadores que pudiesen amenazarlos
redujo su tamaño.
A pesar de contar con argumentos sólidos, el problema de esta tesis
es el espectacular salto evolutivo que se tiene que producir entre
ambas especies. El hombre erecto mostraba ya un
incipiente desarrollo moderno con un tamaño cerebral considerable
(1200 cm³),
además de otros rasgos mucho más modernos ausentes en Homo
Floresiensis. Otra alternativa que se contempló fue su
relación con Australpithecus, con los cuales se
asemeja en numerosos rasgos anatómicos. El problema es que además de
que el salto temporal es mayor, no se conoce su presencia en Asia.
Homo georgicus en el camino
Homo georgicus |
Homo georgicus es un homínido nominado como
especie humana a partir de los restos de Dmanisi (Georgia),
con una datación de 1,8 m.a Es por tanto, el primer miembro de la
evolución humana que salió de África y se adentro en
tierras euroasiáticas. Básicamente es muy similar a Homo
habilis aunque algo más evolucinado. Su capacidad craneal
aún es muy reducida (680 cm³)
con un indice un poco mayor que habilis. El registro arqueológico
del yacimiento de Dmanisi permite saber que ya era un cazador y no un
carroñero como habilis. Todos estos datos y los muchos caracteres
compartidos de ambas especies hace de georgicus
un candidato bien posicionado para convertirse en ancestro de Homo
floresiensis. No es descabellado pensar que en los 800.000 años de
diferencia entre el yacimiento georgiano y la primera presencia Homo
en la Isla de Flores (aún por determinar la especie) Homo
georgicus (o bien una
especie desconocida evolucionada a partir de estos especímenes) se
hubiese expandido por el sudeste asiático hasta dar el salto a las
islas más cercanas y en las mismas comenzar el proceso de reducción
de tamaño someramente explicado antes.
Artículo
relacionado con más información
http://lacienciadivulgativa.blogspot.com.es/2012/02/paleantropologia-homo-floresiensis-la.html
entonces los hobbits si existieron pero no eran inteligentes como en la obra :/
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