miércoles, 23 de enero de 2013

Se confirma que el Hobbit era una especie humana


Nuevas evidencias arqueológicas de Homo floresiensis publicadas en el último número de la revista científica Journal of Human Evolution parecen despejar las no muy consistentes dudas que parte de la comunidad científica mantenía acerca de la clasificación dentro del árbol genealógico del género Homo de los especímenes descubiertos en la Isla de Flores (Indonesia), dudando algunos científicos de que tuviesen entidad propia como especie humana.

Un equipo de investigación de la Universidad de Nueva Inglaterra (Australia), encabezado por los arquéologos Peter Brown y Mike Morwood, documentó en el año 2003 los restos fósiles de lo que sin duda se convirtió en la mayor sorpresa de la paleoantropología de todos los tiempos, una especie humana enana, cuya estatura no sobrepasaba el metro, asociada a evidencias del uso del fuego y herramientas líticas relativamente avanzadas (usadas para la caza y descuartizamiento del stegedoon), y con una capacidad craneal similar a los primeros homínidos (equivalente al tamaño del cerebro de Töumai, el primer posible ancestro del ser humano) que millones de años antes en las protectoras tierras africanas habían evolucionado en diferentes ramas, entre ellas la que desembocó en el género Homo.

Reproducción del Hombre de Flores

La semejanza de la descripción física de estos nuevos Homos con los seres mitológicos protagonistas de las obras de ficción del escritor J.R.R. Tolkien, “El Hobbit” y “El señor de los anillos” ha hecho que popularmente se les conozca como el “hobbit humano”.

El hallazgo es todavía más sorprendente si se tiene en cuenta que esta pequeña familia humana nos acompañó en el Planeta Tierra hasta hace unos 12.000 años, poco antes de finalizar el Pleistoceno y comenzar el Holoceno (etapas paleoclimáticas), momento en que se empezaron a desarrollar la agricultura y la ganadería. Milenios antes otras dos poblaciones humanas, neandertales y denisovanos, habían puesto fin a su historia evolutiva. Mientras Homo sapiens pintaba y grababa auténticas maravillas en la cuevas de Altamira, Lascaux o La Pasiega en una isla de Indonesia Homo floresiensis veía como se apagaba su paso por la tierra como especie.

Nuevas evidencias

El nuevo estudio publicado en la revista estadounidense presenta los restos fósiles de la muñeca (carpo) de un individuo (es posible que de dos) del Hombre de Flores. Fue documentado en la misma cueva (de nombre Liang Bua) que los anteriores ejemplares que dieron nombre a la especie. La importancia de los nuevos estudios no recae tanto en la obtención de nuevos datos sino en la reafirmación de los ya conocidos. La coherencia de las características con los individuos ya estudiados permite refutar las teorías que sostenían que los Hombres de Flores eran seres humanos modernos con algún tipo de patología. La tesis de su clasificación como especie nueva dentro del género Homo sale reforzada y debe ser admitida sin ningún género de dudas.

El análisis morfológico del carpo de los dos nuevos individuos de Hobbit y su estudio comparativo con los carpos modernos de Homo sapiens y Homo neanderalensis destaca un claro arcaismo respecto a estos, por lo que hace inviable la hipótesis patológica que los incluiría dentro de humanos modernos e inevitablemente remonta el origen de Homo floresiensis a un momento evolutivo anterior al evento cladogenético que propició la deriva evolutiva de neandertales y sapiens. Comparativamente muestra rasgos plesiomorfos, bastante similares a los Autrolopithecus.

Buscando su origen evolutivo

Los restos fósiles de Homo floresiensis que hasta el momento se han podido documentar cuentan con unas dataciones fiables entre 90.000 y 12.000 años, una horquilla temporal demasiado escasa si nos atenemos a las características morfológicas tan arcaicas que presentan los fósiles. El estudio comparativo de las herramientas líticas asociadas a los restos óseos con la lítica hallada en otra cueva de la isla conocida como Wolo Sege ha permitido comprobar las claras semejanzas entre ambos conjuntos. Este hecho ha conducido a los arqueólogos a relacionar el segundo grupo de herramientas con el Hobbit de Flores y en consecuencia ampliar el arco temporal hasta la datación obtenida para estas: unos 0,8-1 m.a.

El equipo de trabajo responsable de los nuevos hallazgos mantiene la tesis de que su ancestro dírecto es Homo erectus, presente en Asia en esas fechas. Esta tesis se apoya en un estudio (2009) comparativo de las morfologías de diversas especies de hominido (sapiens, erectus, habilis y australopitheco). Mantienen que Homo erectus habría llegado a la Isla de Flores hace un millón de años y allí en condiciones de aislamiento combinadas con la ausencia de depredadores que pudiesen amenazarlos redujo su tamaño.

A pesar de contar con argumentos sólidos, el problema de esta tesis es el espectacular salto evolutivo que se tiene que producir entre ambas especies. El hombre erecto mostraba ya un incipiente desarrollo moderno con un tamaño cerebral considerable (1200 cm³), además de otros rasgos mucho más modernos ausentes en Homo Floresiensis. Otra alternativa que se contempló fue su relación con Australpithecus, con los cuales se asemeja en numerosos rasgos anatómicos. El problema es que además de que el salto temporal es mayor, no se conoce su presencia en Asia.

Homo georgicus en el camino

Homo georgicus


Homo georgicus es un homínido nominado como especie humana a partir de los restos de Dmanisi (Georgia), con una datación de 1,8 m.a Es por tanto, el primer miembro de la evolución humana que salió de África y se adentro en tierras euroasiáticas. Básicamente es muy similar a Homo habilis aunque algo más evolucinado. Su capacidad craneal aún es muy reducida (680 cm³) con un indice un poco mayor que habilis. El registro arqueológico del yacimiento de Dmanisi permite saber que ya era un cazador y no un carroñero como habilis. Todos estos datos y los muchos caracteres compartidos de ambas especies hace de georgicus un candidato bien posicionado para convertirse en ancestro de Homo floresiensis. No es descabellado pensar que en los 800.000 años de diferencia entre el yacimiento georgiano y la primera presencia Homo en la Isla de Flores (aún por determinar la especie) Homo georgicus (o bien una especie desconocida evolucionada a partir de estos especímenes) se hubiese expandido por el sudeste asiático hasta dar el salto a las islas más cercanas y en las mismas comenzar el proceso de reducción de tamaño someramente explicado antes.


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http://lacienciadivulgativa.blogspot.com.es/2012/02/paleantropologia-homo-floresiensis-la.html

1 comentario:

  1. entonces los hobbits si existieron pero no eran inteligentes como en la obra :/

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