La revista cientifica
Journal of Human Evolution publicará mañana en su último número
la evidencia del fósil del género Homo más antigua
de Europa occidental en uno de los yacimientos de Orce (Granada),
concretamente en Barranco León. El hallazgo corresponde a la
corona completa de un diente molar deucido perteneciente a un
homínido infantil de unos 10 años aproximadamente, que apareció en
un contexto arqueológico datado en 1,4 m.a. El fósil fue
documentado en la campaña de excavaciones arqueológicas de 2002 y
no fue clasificado como humano hasta 2007.
De las características
de la pieza cabe destacar el fuerte desgaste de su cara oclusal, es
decir, de la zona con la que se mastica. Apareció asociado junto a
otros restos óseos de herbívoros (bisontes, gamos, ciervos
gigantes, conejos, tejones...) y carnívoros (lobos, chacales, osos,
hienas de cara corta...), además de a una industria lítica muy
rudimentaria, muy primitiva conocida como modo 1 u olduvayense. Se ha
podido obtener algunos datos sobre la fabricación y uso de estas
herramientas. El material se obtuvo a unos 2 o 3 km de distancia, el
remontado de las piezas permite saber que fueron talladas in situ y
abandonadas después de descarnar a los animales. Los restos óseos
de fauna presentan claras marcas de descarnado.
Canino de hiena e industria lítica de Barranco León |
Es importante señalar
que al hablar de Orce se hace referencia a un conjunto de
localidades arqueológicas sitas en la depresión de Guadix-Baza que
han aportado restos tanto arqueológicos como paleontológicos de una
importancia excelsa. Estos yacimientos pertenecen al Pleistoceno
inferior, cuando al contrario del paisaje desértico actual existía
un lago que atraería a abundante fauna a sus cercanías, entre ellas
al ser humano.
La evidencia fósil no
permite establecer con certeza su clasificación como especie dentro
del género Homo pero su datación cronológica sitúa a los
restos de Orce entre Homo georgicus (Dmanisi 1,8
m.a.) y la indeterminación de la especie Ñ de los
yacimientos de Atapuerca (1,2 m.a.), los rasgos morfológicos parecen
relacionarlo con esta última, el Homo sp de Atapuerca.
La polémica
Orce saltó al
campo de la paleoantropología de la mano de la polémica cuando en
1982 el paleoantropólogo Josep Gibert presentó a la comunidad
científica y al público en general los restos de una calota de un
homínido datado en 1,3 m.a. Inmediatamente después surgió la
polémica ya que para una parte importante de la comunidad científica
era difícil de aceptar unas fechas tan antiguas para el poblamiento
de Europa. Por aquel entonces el resto más antiguo de presencia
humana en Europa se correspondía con la mandíbula de Mauier
(Alemania) con una cronología de 500.000 años. El salto cualitativo
y cuantitativo era enorme, algo que la siempre conservadora comunidad
científica ha discutido con vehemencia. La teoría dominante era
denominada “cronología corta”, planteaba la imposible
ocupación de Europa dada sus duras características climáticas y
geográficas, las cuales habrían imposibilitado la llegada de
homínidos con capacidades técnicas y cognitivas limitadas.
Años después llegaron
los descubrimientos de Dmanisi (Georgia), Atapuerca (España) y
algunos otros yacimientos (Boxgrove-Inglaterra y Ceprano-Italia) que
evidenciaron la ocupación de Europa por homínidos en fechas muy
antiguas. Primero se estableció con Homo antecessor en
0,8 m.a., después las dataciones de Dmanisi remontaron la ocupación
de los límites de Europa y Asia a 1,8 m.a. por parte de un grupo
de homínidos muy primitivos con bastantes similitudes a los Homo
habilis, el Homo georgicus. Por último, Atapuerca no hace
demasiado se volvió a confirmar como un increíble yacimiento
aportando la documentación de una mandíbula de homínido procedente
de la Sima del Elefante con una datación de 1,2 millones de años.
Con la perspectiva que
nos permite el avance del tiempo y de las investigaciones, la
polémica sobre el resto oseo de Orce parece desfasada y carente de
valor en la actualidad. Poco importa ya si esa calota corresponde a
un homínido o bien a un herbívoro, la presencia humana en la
Península Ibérica por encima de 1,2. m.a. es un hecho incontestable
que se apoya ya no sólo en el registro arqueológico de los fósiles
humanos, sino también en numerosos yacimientos arqueológicos donde
está bien documentada la actividad humana por medio de la presencia
de industria lítica clasificada como modo 1 u olduvayense y modo 2 o
achelense (más información en Prehistoria al día). Y más allá de la polémica concreta lastrada por
dogmatismos, es de justicia reconocer al profesor Gibert el mérito y
lo acertado de sus planteamientos: Europa fue poblada por homínidos
arcaicos en fechas muy antiguas. Si bien no me resisto a opinar sobre
la clasificación de la calota de Venta Micena. A mi parecer se debe
clasificar como humana por la presencia de suturas craneales, aunque
admito las serias dudas que deja. La documentación de este nuevo
fósil en un yacimiento próximo a Venta Micena con una
datación muy similar creo que se constituye como una prueba
indirecta a favor de su interpretación como resto humano. Existen
además, análisis moleculares de un tipo de inmunoglobulinas sólo
presentes en el género Homo que
parecen confirmar que el resto óseo pertenece al género Homo.
Hacia a dónde apunta
las investigaciones y los nuevos datos
Dejando atrás polémicas
absurdas, el nuevo resto fósil humano por su localización espacial
y temporal pone sobre la mesa el debate de las primeras salidas de
África y de las rutas colonizadoras de Europa, además de cuál fue
la especie o especies protagonistas de esas primeras salidas. Hemos
de recordar que el género Homo tiene su origen en África
hace unos 2,5 millones de años y que el primer representante de este
género es Homo habilis (sin entrar en la discusión de
su clasificación). Sabemos que de forma incontestable una de las
rutas de salida de África se produjo por Oriente Próximo,
colonizando Asia y Europa. Esta ruta se remonta al menos a hace 1,87
millones de años y estuvo protagonizada por Homo georgicus,
desechando de esta forma la teoría tradicional de que fue Homo
erectus el primer humano en pisar tierras no africanas.
Diente de Barranco León |
Ahora bien, los nuevos
restos publicados con 1,4 millones de años plantean de forma aún
más sólida la posibilidad de que hubiese existido una segunda ruta
colonizadora de Europa desde África a través del estrecho de
Gibraltar. No tenemos la seguridad de que ambas rutas fuesen
simultáneas aunque de momento parece anterior la ruta tradicional
por Oriente Próximo dadas las fechas manejadas. Esta ruta por el
estrecho de Gibraltar se apoya en la presencia de fauna de tipo
africano en niveles arqueológicos datados en 1,6 millones de años.
Ejemplos de esta fauna africana serían el tigre de diente de
sable (Megantereon withei), una especie de hiena carroñera
(Pachycrocuta
brevirostris)
y un équido de una sola pezuña relacionado genéticamente con los
caballos actuales. El problema de esta teoría es la
ausencia de pruebas que evidencien las tecnologías necesarias para
atravesar el estrecho, si bien esta ausencia no es prueba de que no
existiese.
Otro inconveniente para
esta propuesta es la primera filiación genética propuesta
para el diente de Orce, la cual relaciona el fósil con los restos de
la Sima del Elefante (sierra de Atapuerca), la especie
denominada Homo sp o
ñ. De ser
correcta esta relación y teniendo en cuenta el origen asiático de
Homo sp y su relación
morfológica con Homo georgicus, la documentación
de este nuevo fósil nada aportaría a las tesis que defienden una
ruta migratoria por el sur de Europa.
Una tercera vía es
apuntada de forma minoritaria por algunos investigadores italianos,
los cuales apunta a una ruta migratoria por el estrecho de Túnez
llegando hasta Sicilia.
Todos estos datos en su
mayoría sesgados son un puzzle difícil de encajar, en el cual hay
que tener en cuenta todos los aspectos, yacimientos con restos óseos
humanos y sus dataciones, del mismo modo son importantes aquellos
yacimientos con industria lítica no asociada a restos óseos pero
con dataciones importantes. En Europa existen algunos yacimientos con
dataciones muy antiguas, en estos se han localizado restos de
industria lítica facturada por homínidos pero sin asociación a
restos óseos. En Italia tenemos industrias líticas en Pirro Norte
datadas en un espacio temporal que abarca 1,7 y 1,3 m.a. Por otro
lado en Francia el yacimiento Leziganden-Cebe ofrece también fechas
muy antiguas en torno a 1,57 m.a.
Hola Iván:
ResponderEliminarBuen artículo, se agradece la exposición imparcial de las alternativas a los datos que tenemos. Esta postura enseña más y divulga mejor que cualquier exposición más centrada en una posibilidad sin tener datos que lo confirmen.
Siempre intento ser objetivo. La única certeza es las muchas incertidumbres que tenemos. Construimos teorías explicativas del pasado con apenas una calota y un diente.....y de por si no está mal pero la lógica más elemental hace necesaria una tremenda prudencia en lo que afirmamos y no los dogmas de fe que habitualmente adapta cada uno para defender sus posiciones.
ResponderEliminarUn saludo
Quizá el problema esté en que se imagina el paso a través del estrecho como algo casual, un hecho puntual, cuando debió ser algo mucho más masivo. De no ser así, difícilque fuéramos a encontrar justo justo a los pocos que pasaron. También cruzó la fauna, y no fabrica barcos. Los humanos debieron de cruzar, como los animales, en momentos de nivel del mar muy bajo. Y si pudieron cruzar por un sitio, también por el otro: así, sería compatible la triple entrada en europa: la ruta tradicional o "tour de eurasia", a través del estrecho sículo-tunecino (entre túnez y sicilia), y a través de gibraltar.
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