lunes, 2 de marzo de 2015

Nuevos hallazgos de grabados paleolíticos en la cueva de Erlaitz

Guía didáctica del curso: “La documentación gráfica en arqueología (2ª edición)”. Fechas: Del 17 de marzo al 12 abril de 2015



Un nuevo hallazgo de representaciones gráficas rupestres se suma a la ya larga lista de cuevas con “arte” paleolítico de la Cordillera Cantábrica, y en concreto de la Comunidad Autónoma de Euskadi, que en sus lienzos de piedra guardan el legado milenario de los primeros pasos del ser humano en la representación gráfica de las ideas durante el Paleolítico superior.


En esta ocasión se han localizado al menos ocho grabados de figuras zoomorfas en la cueva de Erlaitz, dentro de los límites del municipio Zestoa, aunque con toda probabilidad el inventario de representaciones se verá ampliado con nuevas representaciones que hasta el momento no ha sido posible determinar debido a su estado de conservación. Entre la fauna paleolítica representada tenemos uros, ciervos y caballos. La cueva se encuentra en las inmediaciones de una de las referencias del arte paleolítico de Euskadi, la cueva de Ekain, declarada Patrimonio de la Humanidad junto a otras cuevas de la Cornisa Cantábrica, principalmente de Cantabria, donde se localizan los yacimientos rupestres más significativos. Del mismo modo, en el entorno, también se localizan las representaciones gráficas de las recientemente descubiertas de la cueva de Danbolizulo.

Uro de Erlaitz  

El nuevo hallazgo se enmarca dentro de un proyecto de investigación que revisa las cavidades ya conocidas para localizar nuevas representaciones paleolíticas y fue hecho por miembros del Grupo Antxieta Jakintza Elkartea. Todavía no hay dataciones directas por lo que se ha recurrido a criterios y análisis estilísticos para proporcionar una aproximación cronológica a las representaciones: 22.000-14.000 B.P., dentro del tecnocomplejo Solutrense. Se encuentran paralelismos con otras cuevas de la región Cantábrica como El Castillo (Cantabria) y El Rincón (Euskadi).


Los grabados se hallan en el techo de uno de los divertículos de la cueva. Técnicamente los grabados fueron hechos con una herramienta tan representativa del Paleolítico superior como el buril, produciendo trazos que no llegan a ser profundos de 2 o 3 milímetros. Por el momento no se han localizado ninguna representación que utilice la técnica de la pintura.

La cueva presenta una ocupación antrópica intermitente, con periodos de ocupación durante el Paleolítico superior para ser abandonada hasta el Calcolítico, momento que tuvo una función sepulcral.



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