Portada National Geografic |
La
niña de Dikika es como se conoce familiarmente a la niña más vieja del mundo,
con una edad geológica de más de 3,3 m.a., tiene por nombre Selam, que en la
lengua etíope significa “paz”, ya que ese fue el nombre que recibió un conjunto
de fósiles localizados en el Gran Rift Valley, en la depresión de Afar al norte
de Etiopia, justo en la orilla del río Awash, en el año 2000 por un equipo de
científicos dirigidos por el científico etíope Zeresenay Alemseged,
investigador perteneciente al prestigioso Instituto de Antropología Evolutiva Max Planck ( Leipzig, Alemania). La niña de
Dikika saltó a la fama hace unos años con la publicación de los resultados del
estudio de sus fósiles en revistas del prestigio de “Nature” y “National
Geografic”.
Restos fósile |
El
espécimen de Didika pertenece a la especie Australopitecus
Afarensis, que vivió en el Este de África hace entre 3,9 y 2,9 m.a. y cuya
dieta era fundamentalmente vegetariana. Su capacidad craneal varía entre 400 o
500 m³.
Es una especie con un importante dimorfismo sexual, los machos medirían 1,5 m y
pesarían unos 45 kg mientras que las hembras apenas alcanzarían el metro de
altura y unos 30 kg de peso. A esta misma especie pertenecen también los famosos
fósiles conocidos como “Lucy”, forman parte pues de uno de los parientes
lejanos del cada vez más frondoso árbol genealógico del hombre moderno.
Su descubrimiento
fue clave en el conocimiento de la evolución de los homininos
Cráneo de Selam |
Un bebe muy humano
Sus
restos óseos son un verdadero anhelo para la paleoantropología, ya que llenan
el vacío de información existente acerca de estos homínidos, proporcionando
datos anatómicos, de comportamientos sociales, de la forma de locomoción y del
desarrollo vital de la especie. El estudio de los huesos craneales permitió a
sus investigadores inferir una capacidad craneal de 330 cm³, un poco
menor que el de un chimpancé de tres años, lo que implica un ritmo de
desarrollo más lento en Australopitecus Afarensis, esto entronca más con el
desarrollo humano que con el de los chimpancés. Selam debió recibir cuidados
maternos para completar su desarrollo cerebral y es este uno de los rasgos que
nos define como humanos. Todos estos datos son decisivos para comprender el
origen de la infancia y la maternidad tal como se entiende en el Homo Sapiens. Hemos de recordar que la
infancia es una “anomalía” dentro de la naturaleza, en todos los mamíferos
inmediatamente después de concluir el periodo de lactancia los individuos son
capaces de proporcionarse sus propios alimentos. Sin embargo, en la niña de
Dikika el periodo de dependencia materna se prolonga, es un individuo infantil
que en el momento de su nacimiento aún no había completado su desarrollo cerebral
como ocurre en otras especies, lo que le hace ser una de las ramas ancestrales
del género Homo. En los individuos adultos de su especie la capacidad craneal alcanzaría
los 425 cm³.
Rasgos simiescos
Su
escasa capacidad craneal se complementaba con rasgos simiescos en el resto del
esqueleto craneal, la nariz hundida hacia dentro y la cara prognata, es decir,
salida hacia afuera. También en el tronco superior están presente los rasgos
simiescos, con un tórax en forma de embudo, sus omóplatos estaban adaptados a
la vida arbórea, perfectamente diseñados para trepar y para la braquiación, lo
cual indica que parte de su vida la pasaba en los árboles o estos le servían de
refugio ante los ataques de los depredadores. También sus falanges alargadas y
curvas confirman esa adaptación arbórea. La proporción entre brazos y piernas
es claramente superior a los brazos, rasgo claramente primitivo, presente en
los simios.
Hacia los primeros pasos
Sin
embargo, el tronco inferior les emparenta claramente con el género Homo, con el ser humano. Los restos del
pie confirman la capacidad de locomoción bípeda, de andar erguidos eficazmente,
de estos homínidos, Australopitecus Afarensis.
El pie presenta rasgos evidentemente modernos, perdiendo el dedo oponible que
permitía aprehender objetos y el ángulo del fémur a la rodilla revela muchas
semejanzas con el género Homo, ahondando en la evidencia de una locomoción
bípeda. Se conserva también una de sus rodillas, incluida la rótula, muy
pequeña e idéntica a la del ser humano moderno.
Un hallazgo sorprendente
Quizás
el hallazgo más sorprendente del conjunto de fósiles sea el hueso hioides que
permite obtener información acerca del aparato fonador y de la capacidad
comunicativa de los austrolpithecus.
Los huesos hioides no son muy comunes en el registro arqueológico por su
delicada conservación ya que es un cartílago y resulta remota la posibilidad de
que fosilice. Sólo hay tres ejemplos más en todo el mundo, dos de ellos
documentados en los yacimientos de la sierra de Atapuerca con una cronología de
400.000 años y asociados a la especie predecesora del neandertal, el Homo Heidelbergensis y un tercero en el
yacimiento de Kebara del monte Carmelo (Israel) perteneciente a Homo Neanderthal. El estudio del hueso
hioides de Austraolopithecus Afarensis
muestra bastante similitud al de los pánidos (chimpancés), y permite conocer,
como era de esperar por su escaso desarrollo cerebral, que esta especie no
tendría capacidad de articular un lenguaje complejo, más allá de algunos
sonidos guturales y chillidos, por lo que presentaría una voz similar al del
chimpancé.
El contexto en que vivió Selam
Si
en el actual desierto etíope donde en el año 2000 se recuperaron los fósiles de
la niña de Didika pudiéramos hacer retroceder el tiempo hasta hace 3,3 m.a.
podríamos ver crecer bosques cerrados rodeados de humedales y caudalosos ríos,
pero también amplias zonas abiertas con bosques menos cerrados y abundantes
herbáceas. La fauna documentada para este periodo son hipopótamos, cocodrilos y
serpientes. Este es el hábitat donde
vivió y murió la niña de Dikika.
Unos detallitos de taxonomía, por favor no te tomes a mal las correcciones, las hago desde el pv de que es un gran artículo con unos fallos menores:
ResponderEliminar- La denominación taxonómica se escribe en cursiva, si, pero con el género en mayúscula y la especie en minuscula. Ejemplo: Homo sapiens
- No existe Homo Neanderthal. Es Homo neanderthalensis u Homo sapiens neanderthalensis
Por lo demás, como decía, un post muy interesante, y bien documentado. fecilidades.
Hola Millán
ResponderEliminarDisculpa el retraso en contestar, he tenido el blog abandonado por motivos de salud y aunque te leí hace tiempo, decidí no tocar el blog hasta que estuviese recuperado. Las críticas no me las tomo mal si tienen su razón de ser, como es el caso. Y más, cuando soy plenamente consciente de que tengo ese tipo de despistes frecuentemente.
Disculpa una vez más el retraso, pero el blog ha estado parado para todo
Se corregirá en breve.
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