Se ha divulgado en la
revista
PANS de EE.UU. (PNAS) la
publicación científica de nuevas dataciones por Carbono 14 de dos
yacimientos neandertales en la Península Ibérica hasta ahora
considerados como algunos de los últimos refugios de HN en su
proceso de extinción, aunque las dataciones más recientes para la
industria asociada a HN las ha establecido Javier Baena y su equipo
en la cueva cántabra L´Esquilleu (L´Estilleu, más información aquí) en unos 23.000 B.P. Incluso en el yacimiento asturiano de La
Güelga se han obtenidodataciones similares para la presencia
neandertal.
Una vez más comprobamos
como en la arqueología y especialmente en la divulgación científica
se hace generalización de resultados parciales y sesgados para
construir teorías explicativas de un “todo” complejo y que
muchas veces responde a cuestiones diversas. En ocasiones datos
fiables y válidos acaban por falsear en parte la realidad.
Los yacimientos que han
aportado las nuevas fechas son el Jarama VI (Guadalajara) y Zafarraya
(Málaga). Las dataciones anteriores habían sido establecidas en
27.000 B.P. para el yacimiento malagueño y 30.000 años para el
Jarama VI. Los nuevos resultados adelantan la extinción de HN en el
centro y sur de la Península Ibérica a unos 45.000 B.P, asumiendo
fechas similares para la desaparición de los neandertales del
registro arqueológico similares a otros lugares de Europa.
El estudio científico
Las
nuevas dataciones obtenidas son fruto del trabajo de un equipo
internacional de investigación que incluye a miembros de la UNED y
de la Universidad de Oxford entre otros organismos y universidades.
Para el trabajo se recurrió al análisis de 252 restos óseos
procedentes de yacimientos del centro y sur peninsulares, de los que
sólo 27 presentaban restos suficientes de colágeno para permitír su
datación por el método del C14. Estos 27 restos pertenecen a 11
yacimientos clave de la Península Ibérica para comprender el final
del Paleolítico medio y con él la extinción del grueso de las
poblaciones neandertales.
A
modo de pequeña aclaración diremos que el método del C14 es el
sistema de datación más empleado en la arqueología del Paleolítico
superior, parte del recuento de la cantidad de isotopos de C14
presente en todo resto orgánico, dicha cantidad es constante hasta
el momento de su muerte, una vez que ésta se produce, el C14 va
disminuyendo a una velocidad constante (la mitad cada 5.730 ±30).
Basta con medir la cantidad de C14 que aún permanece en el resto
orgánico y compararla con la cantidad actual de un organismo vivo
para determinar la fechación. Sin embargo, en la práctica no
resulta tan sencillo y existen algunos problemas que poco a poco se
van resolviendo. Dos de esos problemas son que la cantidad presente
de C14 en atmósfera no es constante a lo largo de todas las épocas,
lo cual se resuelve con las llamadas curvas de calibración, y la
contaminación de las muestras por contacto con materiales orgánicos
más recientes, que rejuvenecen las dataciones obtenidas.
Para
la datación de los restos óseos el equipo de investigación utilizó
una técnica relativamente moderna conocida como AMS (acelerador de
masas de partículas) que permite datar a partir de cantidades de
materia orgánica muy pequeñas y así no dañar los restos óseos
estudiados y también la descontaminación por ultrafiltrado que elimina
completamente la contaminación de C14 procedente de organismos más
modernos.
De
los yacimientos muestreados (11 en total) en el estudio, solamente
dos fechas obtenidas corresponden a los citados yacimientos del
Jarama VI y Zafarraya, las cuales adelantan el supuesto final de la presencia de HN en el
sur de la Península hasta el 45.000 B.P. Estos dos datos parciales
dan pie al equipo investigador para sustentar la hipótesis de una
temprana desaparición de los neandertales. Afirman que neandertales
y sapiens no coexistieron en el sur y centro, dejando abierto un
pequeño resquicio a que esto ocurriese en la Cornisa Cantábrica.
Olvidan la documentación del Niño de Lapedo en Portugal, con rasgos
neandertales y sapiens y datado en unos 25.000 años.
En
el estudio otras ocho muestras procedentes de yacimientos tan
significativos como la cueva de La Sima de las Palomas (Murcia) son desechadas
por la falta de fiabilidad de las dataciones por causa de la mala
calidad del colágeno de los huesos dado su mal estado de
conservación.
Por
último, la mayoría de los medios obvian que en el mismo estudio las
dataciones obtenidas en el yacimiento de Cueva Antón (Murcia) son
coherentes con las ya conocidas, obteniendo dataciones recientes para
la presencia de HN (en torno a 30.000 B.P). Los autores restan
importancia a este dato arguyendo problemas metodológicos en la
asociación de industria lítica y las muestras datadas con
C14.
No
quiero dejar de señalar la divulgación que se ha hecho en prensa
apareciendo titulares profusamente que niegan la coexistencia de
ambas poblaciones humanas en la transición del final del Paleolítico
medio al superior en la Península Ibérica. Sólo decir que tanto
Portugal como la Cornisa Cantábrica son parte de la misma.
Una
crítica a las conclusiones de los autores
No es cuestión
desacreditar el nuevo estudio porque éste, sin duda, ofrece datos
interesantes como son fechas más correctas para las dataciones de
los yacimientos de Jarama VI y Zafarraya, pero resulta evidente la
escasez del muestreo del estudio, con sólo tres dataciones válidas
y una de ellas apuntando en contra de las conclusiones de los
autores. Sería preciso y deseable un estudio más amplio que
incluyese también los yacimientos asociados sapiens. Es evidente que
el problema de la contaminación de los yacimientos neandertales del
sur peninsular es casi incuestionable, pero no lo es menos que el
mismo problema afecta a los yacimientos sapiens, cuya llegada a la
Península podría ser anterior a lo aceptado hasta ahora, por el
mismo problema de rejuvenecimiento de las dataciones por
contaminación. Un razonamiento similar es válido para cuestionar
que los neandertales ibéricos despareciesen en fechas similares a
los del resto de Europa como plantean los autores del estudio, ya que
estos yacimientos en muchos casos adolecen del mismo problema
metodológico y su desaparición también sería más temprana.
Mandíbula neandertal de Zafarraya |
Las fechas en si mismas
tienen una importancia secundaria, siendo lo fundamental los procesos
que giran en torno a esta cuestión: la desaparición de la población
neandertal, la llegada de las poblaciones sapiens, la transición del
Paleolítico medio al superior, es decir, la emergencia de los
comportamientos modernos. Y es en la medida que nos permitan un mejor
conocimiento de estos procesos donde adquieren importancia las
dataciones más precisas. Creo que las nuevas dataciones no cambian
el panorama actual sustancialmente y las interpretaciones de sus
autores solo nos retrotraen a las hipótesis de los años 90.
En mi opinión, los
resultados apuntalan un problema metodológico ya conocido en la
arqueología paleolítica: el problema de trabajar con dataciones de
C14 antiguas y actuales que ofrecen diferentes grados de fiabilidad,
o mejor dicho de precisión, y por otro lado la implementación en
las dataciones de diferentes métodos de datación que ofrecen
resultados dispares incluso para un mismo yacimiento.
El reciente estudio
sobre el arte rupestre cantábrico pasaba por aquí...
En
los artículos leídos no he encontrado ninguna referencia a las
sorprendentes dataciones del arte cantábrico que hace unos meses
presentó el equipo de Zilhao y que podían abrir la posibilidad de
relacionar las manifestaciones más antiguas del arte con neandertal
(más información aquí). Esas primeras manifestaciones,
concretamente el disco rojo de la cueva de El Castillo, fue datado
por el método de series de uranio en 40.800 B.P. Un supuesto
adelanto de la llegada sapiens a la Península Ibérica basado en el
rejuvenecimiento de las dataciones ya no haría encajar de manera tan
justa la fecha del disco rojo y la llegada sapiens, restando enteros
a la hipótesis de la autoria neandertal. Esto último sólo es una pequeña opinión.
Hola Iván, me sumo a los comentarios y críticas que expones en este entrada al blog. Sólo quiero destacar el gran peligro divulgativo que existe en los medios al generalizar unos escasos datos de un yacimiento con toda la generalidad de la población en la Península Ibérica. Las manifestaciones periodísticas, con teatral forma de exponer los datos, va en contra de una correcta divulgación científica, pues confunde más que aclara.
ResponderEliminarUn abrazo de Ángel
En el fondo no deja de ser un "salsa rosa" de la información científica. En este caso creo que los investigadores se han hecho trampas al solitario. La novedad es que los mismos procesos tengan una cronología más antigua, cosa que se podía intuir conociendo los problemas metodológicos.
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