viernes, 11 de enero de 2013

El lenguaje del neandertal


El lenguaje es un rasgo únicamente presente en el ser humano, por lo tanto en la espinosa definición de las difusas fronteras que permiten especificar a un animal como un ser humano una de las piedras angulares es la capacidad de comunicación verbal, nos define. Estamos ante un problema complejo de interpretar en la arqueología, ya que uno de los aspectos más complicados de rastrear en nuestro pasado evolutivo es la emersión de ese lenguaje complejo y simbólico en el ser humano. Las palabras y su expresión física, es decir, los sonidos se esfuman sin dejar su impronta en el registro arqueológico, no fosilizan. Sabemos que algunos de los simios actuales tienen actitudes comunicativas significativas, para ello son capaces de dominar un importante número de símbolos, pero en cualquier caso muy limitado a unos pocos centenares de símbolos y esto no puede considerarse un verdadero lenguaje complejo sino un mero sistema de comunicación.

No abordaremos la cuestión del origen del lenguaje en el presente artículo, sino que nos centraremos en la discusión de si el hombre de Neandertal fue poseedor de la capacidad de comunicarse entre iguales valiéndose de un lenguaje complejo, al mismo nivel que el empleado por el Homo sapiens, lo cual supone una ventaja adaptativa respecto al resto de animales. Para ello analizaremos las posibles pruebas fósiles (aunque sean indicios indirectos), culturales, genéticas y anatómicas que poco a poco van arrojando luz a un tema aún controvertido y lastrado en determinados casos por los prejuicios hacia las capacidades intelectuales de Homo neanderthalensis.

Lenguaje neandertal

Durante un periodo largo de tiempo la comunidad científica negó la capacidad de comunicación mediante un lenguaje complejo a los neandertales. Esta situación fue heredera y fiel reflejo de los prejuicios con los que desde su descubrimiento se caracterizó a esta población humana, atribuyéndole rasgos simiescos y capacidades intelectuales muy limitadas. Sin embargo, el avance en las investigaciones ha ido desmintiendo esa supuesta incapacidad neandertal para comunicarse con un lenguaje verbal. No parece descabellado plantear que en la actualidad la discusión se centra en que grado se desarrolló ese lenguaje complejo en las poblaciones neandertales.

Tracto sapiens y neandertal

La reconstrucción del aparato vocal, la laringe y la faringe demostró (según algunos investigadores como Lieberman) algunas diferencias entre el sistema fonador sapiens y neandertal, lo que en un principio permitió a parte de los investigadores construir una nueva negación disfrazada de matizaciones con respecto a la postura anterior: Homo neanderthalensis tendría cierta capacidad de lenguaje pero no podría articular tantas vocales como el hombre anatómicamente moderno (solamente a, i, u) por lo que su lenguaje sería mucho menos complejo y forzosamente complementado por un lenguaje gestual. En opinión de estos autores los neandertales no poseían un tracto vocal de carácter moderno, sino que se asemejaría al tracto infantil de los Homo sapiens, edad en la que como el resto de mamíferos aún podemos beber/comer y respirar a la vez sin riesgo de atragantarnos. Hoy en día están prácticamente refutadas estas ideas. Una reconstrucción de la base craneal no del todo acertada conllevó este tipo de conclusiones erróneas acerca del aparato vocal de los neandertales. Para argumentar la deconstrucción de esta teoría se recurre a varios fósiles craneales pertenecientes a Homo heidelberguensis como son los especímenes de Steinheim, Petralona o Atapuerca, en los cuales se observa con certeza una base craneal de características modernas. Resulta muy difícil de aceptar que los neandertales hubiesen perdido en el proceso evolutivo la capacidad de producir un lenguaje moderno, similar al de Homo sapiens, cuando ésta ya había sido adquiridas por las poblaciones europeas hace más de 500.000 años y representa una ventaja evolutiva evidente. Estas poblaciones europeas son los ancestros directos de los neandertales, los cuales evolucionaron en condiciones de aislamiento en las tierras europeas cubiertas por el hielo. Además en la fonación interviene un hueso muy frágil y difícil de conservar: el hioides.

Un hueso clave

En el Próximo Oriente en el yacimiento israelí de Kebara se documentó en 1982 uno de los esqueletos más completo del registro neandertal, el conjunto fue recuperado en conexión anatómica, y entre los fósiles óseos se recuperó el hueso hioides, presente en el aparato fonador y que sirve como anclaje a los músculos de la garganta, jugando un papel clave en la fonación. Su análisis constató que era prácticamente indistinguible del hioides de un ser humano anatómicamente moderno, hecho que se confirmó en la sierra de Atapuerca con la documentación de otros dos hioides correspondientes a preneandertales. La asociación del hioides con su mandíbula en el caso del yacimiento de Kebara permite un cálculo bastante exacto del tamaño de la laringe, la faringe y su relación con la base craneal, evidenciando un aparato fonador de aspecto moderno. Numerosos investigadores han recurrido a este argumento para apoyar la tesis de la capacidad comunicativa de los neandertales a partir de un lenguaje complejo y articulado, basado en la capacidad de pronunciación de las mismas vocales que el hombre moderno. Por otra parte la distancia entre dos huesos vomer y occipital es similar entre sapiens y neandertal. Pero en palabras del investigador Tobias no es la garganta la que habla, sino el cerebro, por lo que son necesarias otras evidencias.

Hiodes neandertal


No es este hioides el único hueso fósil que nos admite comprobar indicios del lenguaje complejo en estas poblaciones humanas. Aunque el cerebro no fosiliza, si deja marcas de su forma en el neurocráneo que nos aportan una información muy relevante. Un reciente estudio de los fósiles euroasiáticos del Pleistoceno(neandertales) llevado a cabo por dos investigadores vinculados con el yacimiento burgalés de Atapuerca (Juan Luis Arsuaga e Ignacio Martinez) puso de manifiesto un importante desarrollo dos áreas cerebrales relacionadas con la ejecución y comprensión del lenguaje, el área de Wernicke y el área de Broca. Es decir, los neandertales ya habían desarrollado las zonas relevantes del cerebro que permitirían la ejecución de un lenguaje complejo.

Recurriendo a la genética

La adquisición del lenguaje por parte de los niños sin apenas esfuerzo durante sus primeros años de vida es explicada por Noam Chomsky a partir de una capacidad innata transmitida genéticamente que permite conocer la estructura profunda de la gramática, esta estructura constituiría la base común compartida por todas las lenguas. Si la gramática profunda de las lenguas se transmite genéticamente esta puede ser rastreada por la paleogenética. El gen responsable del habla en el Homo sapiens se conoce como FOXP2, y este fue reconocido en poblaciones neandertales recientemente en el estudio genético de dos individuos neandertales procedentes de la cueva asturiana de El Sidrón (43.000 B.P.). La consecuencia es clara, si Homo neanderthalensis no contaba con ningún impedimento físico para la producción de sonidos y además en su bagaje genético estaba presente el gen del habla, sólo los prejuicios acientíficos permiten seguir negándolo. La pregunta es la siguiente, ¿el gen FOXP2 procede de un antecesor común, del intercambio genético entre sapiens y neandertales hace 50.000?¿Pero la vida de los neandertales requeriría un lenguaje complejo?.

Una certificación cultural




Sabemos que los grupos humanos neandertales formaban sociedades complejas, que habitaban cuevas y abrigos, pero también lugares al aire libre donde formaban pequeños asentamientos temporales con cabañas. Dividían los espacios funcionalmente, con hogares como en el Abric Romaní en Cataluña, talleres de talla lítica, zonas de descuartizado de animales. Culturalmente son los autores de dos industrias líticas, el musteriense del Paleolítico medio y el Chatelperroniense (transición al comportamiento complejo), que requieren una planificación previa de la talla, además usaban adornos personales como los colgantes y enterraban a sus congéneres de forma ritual, cuidaban de las personas mayores y de los discapacitados, usaban plumas como demarcadores étnicos o tribales así como pigmentos como el ocre. No parece posible que una sociedad compleja y simbólica como la que se refleja en las prácticas culturales descritas someramente sea viable sin la articulación de un lenguaje complejo que permita la transmisión de conocimientos y tradiciones de una generación a otra. El uso de un lenguaje complejo es indispensable en la planificación de la caza en grupos que practicaban. Y por último, hoy sabemos con certeza que se produjo una interacción y intercambio de genes con los cromañones, no resulta muy coherente pensar en esa interacción entre un grupo con lenguaje y otro sin él.

Un paso más allá

Con este repaso a las pruebas con las que contamos para acercarnos a la capacidad comunicativa de neandertal por medio de un lenguaje articulado negarla rozaría el absurdo, pero no es esa la cuestión en la actualidad, sino hasta que punto dicha capacidad fue desarrollada por los “europeos del pleistoceno” porque no es lo mismo poseer la capacidad que llevarla hasta las últimas consecuencias. En este punto entran en juego las culturas neandertales que supusieron la transición del Paleolítico medio al superior, es decir la emergencia del comportamiento moderno y estas son el chatelperroniense y el ulizziense. Estas muestran una importante evolución hacia los comportamientos modernos, sin embargo no alcanza los niveles de los yacimientos asociados a sapiens. ¿Se puede asociar de forma inequívoca las manifestaciones simbólicas a un lenguaje complejo?. De ser así neandertal tendría un lenguaje menos complejo (menos desarrollado, no menos capacidad) que los sapiens. Sin embargo, las manifestaciones simbólicas de neandertal son aún tema controvertido, se conocen cada vez mejor a medida que avanzan las investigaciones, por lo que un lenguaje neandertal complejo al nivel de sapiens es una posibilidad a demostrar.

7 comentarios:

  1. Hola Iván, interesante, bueno y polémico artículo has publicado. Sobre él se ha escrito muchísimo y con muchos puntos de vista. Yo mismo, en mi primer artículo que publiqué antes de la tesis en 1998 ya daba al Neandertal la existencia de un lenguaje complejo, aunque no tanto como el de los HAM. En todo mi trabajo siempre he intentado estudiar el lenguaje desde un punto interdisciplinar, con lo que se llega a una definición que muy pocos arqueólogos tienen en cuenta:
    El lenguaje humano puede definirse como la transmisión voluntaria de todo pensamiento, idea o sentimiento, por medio de un sistema de representación simbólico (en principio sonoro y/o gestual), con la intención (consciente o inconsciente) de interferir en la conciencia o atención del oyente, es decir, que sea recibido y comprendido por aquellos a los que se dirige tal mensaje, con algún fin determinado (simple información y/o la posibilidad de realizar tareas en común).
    Los intentos de reflejar particularidades anatómicas como logros evolutivos que mejoran la adaptabilidad no pueden, por sí solos, llegar a ninguna parte. Cuando leo estas datos evolutivos respecto a la anatomía del sistema de producción sonora me acuerdo de cómo los loros y pájaros afines pueden articular sonidos perfectamente, lo que no les ha dado ninguna ventaja selectiva y adaptativa.
    Lo que si discrepo es sobre la exposición de Noam Chomsky y su gramática universal. Nadie ha podido encontrar ninguna base para ese innatismo tan poco definido, pero que tanto gusta a los seguidores de la Psicología evolucionista, pero hace sonreír a los adeptos (creo que mucho más mayoritarios en todos los continentes) de la Psicología cognitiva en su concepto más amplio. Actualmente se acepta que se hereda la capacidad de aprender todo lo que el medio nos ofrece, si algo no existe en este medio no se “aprende”.
    Acción pensamiento y lenguaje, según la definición antes expuesta, es la clave de todo el proceso cognitivo humano y explica bien la conducta de los seres humanos. Con respecto al Neandertal, la conducta que bien expones da pie a explicar la existencia de un pensamiento y lenguaje que la haga posibles. Pero ¿era igual que la de los HAM?
    Solo podemos analizar la conducta, pero hay que añadir criterios más generales. Me explico, solo en algunos lugares existen pruebas de un simbolismo elaborado, y en el inicio del Paleolítico superior está muy restringido entre los neandertales (Chatelperroniense y Uluzziense y solo en unos pocos yacimientos). Mientras en los yacimientos del HAM es mucho más generalizado, de expansión muy rápida y de una gran innovación. Se aprecia dos ritmos de desarrollo cognitivo, los dos humanos pero diferentes. Esto es lo que hay que estudiar y matizar. Hay mucho de lo que hablar y el espacio es limitado.
    Un cordial saludo de:
    Ángel Rivera

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  2. Disculpa el retraso en la respuesta, he estado un poco cansado este fin de semana y encima cuando te iba a enviar la respuesta he dado donde no debía y la perdí por lo que tengo que volver a redactarla.
    Te decía que estamos bastante de acuerdo.
    A mi los datos anatómicos me parecen relevantes, mucho, pero entiendo lo que dices, es más yo digo lo mismo en el texto. Quien produce un lenguaje complejo es el cerebro, no el aparato fonador ni el auditivo, aunque estos sean fundamentales para su transmisión.
    El lenguaje complejo aunque no fosilice por si mismo ha de dejar un registro fósil patente, y como bien dices y yo intenté decir en el texto, ese registro fósil refleja una mayor riqueza en los yacimientos de transición al PS atribuibles a HAM que los asignados a HN. En el estado actual de conocimiento es difícil aceptar un mismo nivel cognitivo para las poblaciones creadoras de colgantes chatelperronienses que para los cromañones transmisores de cultura en cuevas y objetos mueblos. Sin embargo, yo no descartaría de forma tajante ninguna posibilidad ya que a medida que avanzan las investigaciones el universo neandertal muestra un comportamiento más complejo. Además, bien sabes de las limitaciones que tenemos aún en todos los aspectos que afectan a la transición PM-PS, al comportamiento moderno, que en definitiva es de lo que hablamos.

    He leído cosas peregrinas acerca de la presencia FOXP2 EN ambas poblaciones humanas, pero lo que he leído no eran fuentes del todo fiables. Me interesa tu opinión.

    -Yo me inclino, además con pocas dudas, que el gen sea herencia común de un antepasado y que la complejidad del lenguaje está en diferentes grados en las poblaciones humanas hasta alcanzar su máxima expresión en los cromañones artífices de las pinturas rupestres.

    -Que el gen este presente en HN por el intercambio genético de hace 50.000 con HS en OP, pero este gen se documenta en los individuos de El Sidrón datados entre 50.000 y 45.000 años.

    -Invirtiendo la posibilidad anterior.

    Un abrazo Ángel

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  3. Mi opinión al respecto coincide en gran parte con la tuya, lo más normal es que este gen provenga de un antepasado común, pues veo muy difícil que se transmitiera en el PO hace 45000 años, pues tal transmisión genética fue muy pequeña y prácticamente sin aparente afectación cognitiva y conductual, tanto en un sentido como en otro. Los africanos no tienen nada de los neandertales y son iguales a los europeos.
    El gen FOXP2 se ha relacionado con la regulación del desarrollo de una parte de la estructura anatómica del lenguaje. Pero este gen se sabe que regula asuntos a primera vista alejados de la capacidad lingüística en diversas especies animales. No parece adecuado establecer una relación simple entre la presencia del gen y la capacidad gramatical. Estamos aún muy lejos de superar la dificultad de identificar fenotípicamente el problema de los afectados por una variante defectuosa del gen. Además, la actual localización de dos nuevos genes implicados en el trastorno relacionado con el FOXP2, evidenciaría el carácter poligénico del lenguaje, lo que concuerda con el carácter multifactorial del lenguaje como un complejo proceso donde interactúan diversos órganos (aparato fonador, cerebro, sentidos, etc.).
    Te mando la referencia de un artículo elaborado por lingüistas que estudian estos proceso de la prehistoria, con los que estoy plenamente de acuerdo.
    http://www.aranzadi-zientziak.org/fileadmin/docs/Munibe/2008003024AA.pdf

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  4. a humble invitation ... https://www.facebook.com/pages/Ithihaasa/481153901943534

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  5. Acabo de encontrar este artículo y los comentarios correspondientes y, aunque tiene casi un año, quisiera hacer algunas consideraciones, por si acaso surgirá de ello un debate interesante.

    Para empezar cito la primera frase del artículo:

    “El lenguaje es un rasgo únicamente presente en el ser humano, por lo tanto en la espinosa definición de las difusas fronteras que permiten especificar a un animal como un ser humano una de las piedras angulares es la capacidad de comunicación verbal, nos define”.

    Es evidente que EL LENGUAJE no es un rasgo únicamente presente en el ser humano. Todos hemos oído hablar del lenguaje de las abejas, de los delfines, de los pájaros, etc. Y existe hasta el lenguaje de los ordenadores que, en principio, no sirve para comunicar nada a nadie, ni siquiera a otro ordenador.

    Por tanto, como la comunicación humana, según creemos hoy en día, SÍ que es distinta a de la de los demás animales, habrá primero que averiguar EN QUÉ es distinta, si es que las demás especies también se comunican mediante sus lenguajes. Ante esta cuestión se suele apuntar, generalmente, a la gran riqueza y variedad del lenguaje humano frente a las reducidas dimensiones de los demás lenguajes conocidos (sin contar el de los ordenadores puesto que eso es un problema aparte). Creo francamente que esa no es la respuesta a la pregunta inicial, sino un mero efecto de esa diferencia básica.
    La diferencia entre la utilización de un código lingüístico en nuestras comunicaciones y la de la utilización de sus lenguajes en la comunicación de las demás especies es que en el caso no humano, comunicar es usar férreamente el código establecido, ya sea genéticamente, ya de manera aprendida. Es decir, para las demás especies, por lo que se sabe, lenguaje y comunicación son las dos caras de la misma moneda. Si algún elemento del código se modifica por algo, dicha mutación supone un bloqueo de la comunicación efectiva. Si para mí, pájaro chogüy, PIP significa “comida” y por lo que sea, mi interlocutor de la misma especie dice “CROA” para apuntar a lo mismo, no hay manera alguna de que podamos entendernos mediante nuestros códigos QUE ES LO ÚNICO QUE FUNCIONA EN NUESTRAS COMUNICACIONES.
    (sigue)

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  6. Sigue:
    En cambio, la especie humana ha aprendido a liberarse del cifrado estricto de sus elementos lingüísticos, ya que la mayor parte de nuestras comunicaciones se consiguen a base de operaciones lógicas de inferencia, en donde las formas lingüísticas codificadas son SÓLO un índice más (y no siempre el más importante) para averiguar las intenciones de los interlocutores. En nuestro caso, por tanto, las mutaciones de los elementos lingüísticos no son una barrera infranqueable para conseguir una buena comunicación. Así, por ejemplo, el término LUEGO que se empezó a utilizar para apuntar a un tiempo casi simultáneo, se fue utilizando como un término procastrinante y ahora significa algo como un tiempo futuro.
    La gran variedad de nuestros códigos lingüísticos, su historia y su riqueza, proviene naturalmente de esta primera posibilidad liberadora que el ser humano consiguió al emplear su código lingüístico en sus actos comunicativos. ¡Esa es la facultad que ORIGINA nuestra diferencia comunicativa!
    Teorizar sobre el origen del lenguaje a partir de las posibilidades físicas del aparato fonador de tal o cual homínido es, a mi juicio, un fallo garrafal en la investigación que me recuerda al Mulá Nasrudín que buscaba su llave perdida debajo de la luz del farol, aunque se le había caído a veinte metros de allí en la más pura oscuridad.
    Lo dispositivos biológicos NO son determinantes de las funciones que realizan en tal o cual momento de su historia. Es más bien, al contrario: existen unos problemas funcionales en la historia de cualquier especie y éstos se desarrollan de la mejor manera posible utilizando los recursos generales que están ABIERTOS en los dispositivos biológicos. Pensar que esto no es así, sería creer que una persona muda no puede comunicarse humanamente usando un código lingüístico como indicio, lo cual evidentemente no es el caso. Es decir, cuando los recursos biológicos no existen, por lo que sea, la función se puede llevar a cabo con otros dispositivos sin menoscbo de su eficacia.
    Mientras esto no se entienda, no se avanzará en la comprensión de nuestra diferencia cognitiva, de la que el lenguaje es una parte importante, como lo es también nustra capacidad de razonar mediante deducciones.

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  7. Hace una tira de meses introduje estos dos comentarios "anónimos" porque la máquina no me dejaba enlazarlos con mi nombre y hoy, de nuevo, otro artículo en inglés vuelve a descubrir la rueda:

    http://www.wired.com/2014/07/chimpanzee-bonobo-gestures/

    Nuevo (¿nuevo?) descubrimiento sobre el (en inglés:) LANGUAGE (¿lenguaje?¿lengua? ¿idioma? en español) de los chimpancés y bonobos de donde se sacan ciertas conclusiones sobre el origen del LANGUAGE (¿lenguaje? ¿lengua? ¿idioma?) humano que son casi de cajón, porque el sistema codificado que tenemos, la LENGUA, actualizado en diversos IDIOMAS, no puede haber salido de golpe de la nada y es normal que tenga antecedentes en antepasados de los que descendemos tanto nosotros como los simios.

    Lo malo del artículo (en inglés) es (1) que vuelve a caer en la, para mí, distorsionada visión de una misma moneda con dos caras, LENGUAJE/COMUNICACIÓN, y no la que creo más apropiada, LENGUAJE/COGNICIÓN.

    (2) Por ello, no se plantea la forma (hasta que se demuestre lo contrario) totalmente novedosa que parece ser nuestra manera de comunicarnos humanamente. No es básicamente (aunque se repite machaconamente) un proceso simétrico de codificación y descodificación (eso lo hacen otras muchas especies, con toda suerte de códigos, gestuales, comportamentales, sonoros, visuales, etc.), sino de la particularidad humana de que nuestros mensajes no son esas codificaciones/descodificaciones, sino conclusiones lógicas que toman como premisas las expresiones lingüísticas codificadas y muchas más, con lo que no codificamos/descodificamos únicamente, sino que, en palabras de Paul Grice, "leemos las mentes" de nuestros interlocutores y les damos sentido pragmático a todos los indicios que somos capaces de utilizar (entre ellos, las expresiones codificadas).

    Es decir, hay que distinguir entre: el significado de las expresiones codificadas (es lo que se llama semántica, y ¡claro que tiene que haber de eso entre los códigos de otras especies!) y el sentido de los mensajes que comunicamos que RARAMENTE se corresponden. Que es exactamente como ocurre en las comunicaciones no humanas en donde el significado y el sentido son exactamente iguales.

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