Dentro de las representaciones gráficas del Paleolítico superior la temática observada es variada aunque bastante limitada a ciertos motivos que se repiten de forma constante, destacando sobremanera la ausencia casi total de paisajes y vegetales. Uno de los temas fundamentales de dichas representaciones gráficas son las manos humanas, las cuales se convierten en términos numéricos en uno de los motivos más comunes en el universo gráfico dentro de las cavernas del Pleistoceno final.
La técnica implementada en sus representaciones es fundamentalmente la pintura, encontrándose tanto manos en negativo como en positivo. El soporte siempre es parietal, localizándose fundamentalmente dichas representaciones en las paredes interiores de las cuevas. Las manos están prácticamente ausentes en las representaciones sobre soportes mobiliares.
Su ejecución se llevaba a cabo con instrumentos o elementos técnicos similares a los actuales aerógrafos. Los pigmentos se obtenían principalmente del óxido de manganeso, el ocre, o bien de carbones vegetales o animales, que eran mixturados con otras sustancias como el agua o la grasa animal para mejorar sus cualidades adictivas en la pared. Una vez obtenido el pigmento se colocaba en recipientes y con la ayuda de huesos finos de animal se soplaba para expandir el pigmento sobre la mano y la pared, realizado el proceso se retiraba la mano y esta quedaba impresionada sobre la pared en negativo, es decir que lo que realmente se pintaba era el contorno de dicha mano.
Una variante de la técnica descrita es la colocación del pigmento en el interior de la boca y la posterior expansión de la pintura sobre la mano mediante el soplado. Una tercera técnica mucho más minoritaria es el tamponado. Existen algunos casos en que las manos en negativo se han ejecutado por esta técnica, utilizando pigmento negro como en el caso de la cueva de Gargas.
Por otro lado en la ejecución de las manos en positivo se emplea una técnica más sencilla, consistente en impregnar la palma de la mano con pintura e impresionarla sobre el soporte rupestre. En raras ocasiones se combinan ambas técnicas de manos en positivo y en negativo, es el caso de tres manos de Maltravieso (Extremadura), en los cuales sobre tres manos impresionadas en positivo con pigmento blanco se procedió a perfilar en negativo mediante el soplado de pigmento rojo.
Cronológicamente cabe encuadrar este tipo de representaciones en todos los tecnocomplejos que forman el Paleolítico superior, aunque resulta muy significativa su presencia ya dentro de las representaciones más antiguas durante el tecnocomplejo Auriñaciense. Los conjuntos más numerosos e importantes de representaciones gráficas de manos geográficamente se localizan en la zona franco-cantábrica, con la importante excepción de la cueva de Las Manos (Argentina y) dentro de las representaciones gráficas paleolíticas del continente americano. En Europa son especialmente significativos los conjuntos de las cavernas francesas de Gargas y Tibirian, sin olvidar otros como La Garma, Fuente del Trucho o El Castillo.
Parece interesante también señalar algunas de las peculiaridades que en ocasiones presentan estas representaciones gráficas. Existen numerosos ejemplos en que la mano se representa con la ausencia de uno o varios dedos. Ha sido interpretado como el reflejo de amputaciones debido a lesiones pero también es posible que simplemente reflejen un recurso técnico (lo que parece más probable) para contener significado simbólico diferente. También se documenta en ocasiones la representación del antebrazo como en las cuevas cántabras de Fuente del Salín y La Garma y en Maltravieso (Extremadura).
El uso de pigmento suele responder mayoritariamente a los diversos tonos del rojo y al negro, con algunas excepciones de manos en blanco en la cueva de Gargas (Francia), en la cueva de Las Manos (Argentina) y en la cueva de Maltravieso como ya hemos señalado.
Grotte de Bara Bahau, la mano grabada
Retomando el tema técnico cabe recordar como ya habíamos dicho que la técnica principal es la pictórica. Sin embargo en la cueva francesa de Bara-Bahau encontramos una de las excepciones. En ella aparece la representación gráfica grabada de una mano, realizada con trazo profundo. Además de esta singularidad, la cueva presenta una interesante colección de grabados paleolíticos bastante interesantes, donde se puede observar gran parte del bestiario habitual de las representaciones gráficas pleistocénicas como renos, caballos, felinos, bisontes y uros, algunos de una gran calidad.
La primera ocupación humana de la cueva se documenta hace unos 17.000 años, entre el final del Solutrense y los inicios del Magdaleniense, datándose el conjunto de grabados durante este último periodo en base a criterios cronoestilísticos, los cuales están seriamente cuestionados por la dataciones directas y hace que tengamos que tomar dicha datación con extrema prudencia.
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